Es un hecho. Al menos un tercio de la población del Valle de México podría estar padeciendo alguna de estrés postraumático producto del sismo del pasado 19 de septiembre.
De acuerdo con la UNAM, la mayoría de la población que vivió los temblores de septiembre presenta o podría estar sufriendo una especie de crisis de ansiedad, miedo y angustia, lo que puede desencadenar el síndrome de estrés postraumático.
Benjamín Domínguez Trejo, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, alertó en días pasados de este nuevo desafío para la salud pública que podría afectar a alrededor del 20 por ciento de esas personas en la Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Puebla e incluso Hidalgo, con dicha condición que incluso podría persistir hasta por 20 años.
Domínguez Trejo señaló que en la primera etapa del estrés postraumático los afectados deben dejar que su organismo descanse. El sueño fisiológico es el antídoto contra esta sensación, y aunque mucha gente sufre alteraciones a la hora de dormir, es importante que intente descansar porque eso permite al organismo recuperarse y resistir los síntomas del síndrome, que en condiciones adecuadas debe disminuir o desaparecer a los tres meses del evento.
Otra sugerencia es mantener las redes de apoyo social, estar cerca de amigos y familiares, “personas con las que nos sintamos apoyados, pues eso nos ayuda a mantenernos en un estado de serenidad”, abundó.
De igual forma, la directora general del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, María Elena Medina Mora, informó que ante eventos fuertes como el sismo del 19-S, al menos un 35 por ciento de la población puede desarrollar estrés e incluso llegar al suicidio.
Los términos y conceptos son fuertes, pero hoy más que nunca se debe pensar que todo es posible ante situaciones impredecibles como las ocurridas durante la última semana, la de los días que han cambiado la vida de millones de mexicanos para siempre.
Medina indicó que en coordinación con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y centros de atención mental, se desarrollan acciones de apoyo psicológico a la población en los lugares del siniestro, albergues y unidades médicas.
De acuerdo con la agencia Notimex, la profesora del Instituto Nacional de Psiquiatría, Martha Ontiveros, recomendó a su vez a los padres de familia no sobrexponer a los niños y adolescentes a imágenes y noticias relacionadas con el movimiento telúrico y evitar que lo vean en redes sociales para que no desarrollen estrés postraumático. También, Deni Álvarez de Icaza, investigadora de dicha institución resaltó la importancia de las redes de apoyo familiar y social para los damnificados y para quienes perdieron algún familiar cercano.
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