La disposición de los residuos sólidos en Pachuca y la zona metropolitana, es decir, la recolección de la basura es un negocio próspero y pujante.
La contaminación, el daño ambiental, los daños colaterales, la visión ecológica para el futuro, nada importa cuando de dinero se trata para los ejidatarios del Huixmí, quienes operan desde siempre el tiradero a cielo abierto de la capital hidalguense.
Ayer, por enésima ocasión en los últimos años, cerraron el tiradero e impidieron que camiones recolectores pasaran, bajo el argumento de que quieren más dinero del gobierno municipal.
Para que nos demos una idea, Pachuca, Zapotlán, San Agustín Tlaxiaca y Mineral del Chico tiran su basura en el relleno sanitario del Huixmí. La Casa Rule paga anualmente 53 millones 535 mil 626 pesos para la disposición final de sus residuos, lo que representa al mes cerca de 900 mil pesos.
Los reyes de la basura, los ejidatarios del Huixmí, obtiene dicho ingreso por permitir el uso del espacio físico y además reciben paga por el trabajo desarrollado. A la par se cuenta con el apoyo d empresas como Energía Pachuca, hoy clausurada por Semarnath, que separa y procesa basura, para generar energía, donde por supuesto también da una parte a los ejidatarios.
En escuetas negociaciones, la presidenta municipal Yolanda Tellería simplemente dijo que no se cuenta con el recurso disponible para pagar un millón de pesos al ejido por enero de 2020, donde además se pide un aumento de casi 100 mil pesos.
Este día no habrá recolección de basura en Pachuca y se pide a la población que no deje sus bolsas en la calle pues comenzará la proliferación de suciedad y focos de infección. Guerra sucia o no, estrategia política o mero interés económico, el caso es que en Pachuca los reyes y dueños del negocio de la basura son los ejidatarios del Huixmí.
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