Los pronósticos y estimaciones electorales para el próximo 2 de junio tienen haciendo cuentas y aritmética a más de un dirigente de partido en el estado de Hidalgo.
La razón por la que las cuentas a veces no salen como políticos y candidatos quisieran, es porque no cuentan con la información necesaria, producto de que no tienen los datos más básicos que se consiguen con una y simple sencilla razón: caminar el territorio.
En el caso de Hidalgo el partido en el poder, es decir Morena y la 4T que encabeza el gobernador Julio Menchaca Salazar, se medirán a su más importante termómetro social, y lo harán sabiendo precisamente estos datos básicos, ya que se han dedicado prácticamente los últimos 18 meses a caminar y recorrer todo el territorio.
Es ahora, en la recta final de las campañas, cuando se verá realmente cuál es este impulso con el que cuenta la actual administración, y que es parte del plan para la transformación en la entidad, no es algo a corto y mediano plazo sino a largo y muy largo.
Entre las principales mediciones tomando en cuenta casas encuestadoras, redes sociales, intención del voto en la calle, sondeos y opinión pública, tenemos que Morena en la actualidad va por la fórmula 60/20.
Esto es, se pretende obtener el triunfo de acuerdo con las estadísticas en al menos 60 municipios de los 84 con los que cuenta Hidalgo, y en 20 diputaciones locales de las cuales 16 al menos serían por el triunfo en los distritos, más dos plurinominales.
Con lo anterior Morena en Hidalgo estaría consiguiendo una mayoría absoluta tanto en los cabildos de ayuntamientos, como en la Cámara de Diputados local.
El presidente estatal de Morena, Marco Antonio Rico Mercado, ha sido cauto en echar campanas al vuelo y sobre todo en verificar que las predicciones sean dadas a conocer a los cuatro vientos, y es algo normal tampoco van a revelar toda la estrategia e intención con la que están participando.
Sin embargo, estas estimaciones ya son prácticamente un hecho y estamos ante un escenario más que favorable debido por un lado al trabajo que ha hecho el gobernador Julio Menchaca, y por otro a lo que representa la 4T a nivel nacional, con el impulso de las políticas sociales del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como el tema de la sucesión presidencial.
De consolidarse la cifra que se está manejando en los principales despachos de la política estatal, Morena estaría logrando un hecho histórico que no se veía desde las épocas del maximato priista donde dominaban todo hasta llamarlo “el carro completo”, que era arrasar en las urnas porque no había rival que se les pusiera enfrente.
Pudiera compararse, pero no es lo mismo, por la sencilla razón de que la política interior hidalguense ha cambiado en su totalidad, ya no estamos ante aquella maquinaria con la que no se podía discrepar, con la que todos debían agachar la cabeza y en dónde el que pensara diferente tenía que ser prácticamente eliminado.
La transformación que llegó Hidalgo en 2022 vive ahora sus mejores tiempos y quizá estemos ante la etapa de mayor desarrollo para la actividad política.
Incluso los partidos de oposición van a poder jugar en el tablero de la forma que menos habían pensado, la mayoría podrán tener representación tanto en municipios como en el Congreso local, y eso es producto de una pluralidad y respeto entre las mismas fuerzas y el gobierno.
Es cierto que el priismo está herido de muerte y no quiere aceptar las cosas como actualmente se están manejando, es cierto también que se sienten despreciados por los que antes los rodeaban, e incluso sienten que es un trato injusto, sin embargo, todo ha cambiado y deben empezar a acostumbrarse a los designios populares.