Obama, Peña y el populismo

Ciudad de México /

La semana que concluye nos dejó una dura lección sobre cómo nos perciben como gobierno y país en el exterior, principalmente los líderes de naciones poderosas que son los mismos con los que colindamos, con uno al horizonte, y con otro al extremo norte del continente, en la parte que se conoce como América del Norte.

Los comentarios vertidos por la visita oficial de dos días que realizará a inicios de la semana el Presidente Enrique Peña Nieto a Canadá, en donde sostuvo un encuentro con el primer ministro de aquel país Justin Trudeau, y un día después con Barack Obama de Estados Unidos fueron categóricos. Incluso prensa nacional que no suele realizar dichos pronunciamientos comentó y editorializó el hecho como un momento para el olvido.

Y no es que lo que reflejen las crónicas o reportes internacionales sea la verdad pura, sino que la sensación de poca fortaleza que se reflejó en la figura presidencial al exterior nos deja no solo en el lugar que nos corresponde sino en una posición de desventaja ante las demás naciones.

¿Qué puede o debe hacer México en materia de política exterior?, vaya, si en verdad importa el tema lo de la semana que culmina no debe ser cosa menor; si de lo contrario a quienes administran por mientras el país y sus políticas públicas no les incomoda en lo más mínimo lo ocurrido en el país del maple, pues debemos de preocuparnos al doble.

Desde aquellas épocas de Rosario Green con el PRI y Jorge G. Castañeda con el PAN entre la recordada transición del 2000 no recuerdo una etapa sólida al frente de Relaciones Exteriores que refrendara la posición presidencial de nuestro país ante los vecinos de la zona y ante el mundo entero.

Actualmente México es noticia por lo malo que le pasa, por lo que nos ha ocurrido como sociedad y por los hechos lamentables desde aquel fatídico 26 de septiembre de 2014 en Ayotzinapa, más tarde por las protestas que ello trajo a nivel nacional e internacional, y en fechas recientes por el conflicto magisterial en Oaxaca, que sin ser de la competencia general en el país nos tiene sumidos en imagen pública.

¿A quién en Tijuana o Sonora le interesa lo que pase con la CNTE en la Ciudad de México o Oxaca?, realmente son pocas las opciones con que cuenta el ciudadano para poder elevar su calidad de vida, no importa qué o cuál región, y si a eso le añadimos que importa poco o nada la política exterior de nuestro país, donde con una buena labor y gestión se podrían obtener dividendos en apoyos económicos, programas de cooperación –que todos existen de cierta forma-, pero consolidados para el bienestar de la gente.

“El populismo tiene tres facetas, el recuerdo del pasado imaginario; la apelación a las masas y el uso irresponsable del dinero público”, leí en redes sociales de analistas por lo ocurrido en Canadá.

eduardogonzalez.lopez@milenio.com

  • Eduardo González
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