A una semana de haber perdido dos de las gubernaturas más emblemáticas, consideradas bastiones para su militancia e historia política, el PRI no deja la soberbia y se muestra contumaz ante el desaire ciudadano en las urnas.
Sin espacio de reflexión oficial, de inmediato sale la dirigencia nacional con Alejandro Moreno a inferir términos como “nos quieren dividir”, “los enemigos están afuera”, y arenga tuitazos y mensajes de anhelo político y social como si se tratara de un ala opositora que lucha contra una dictadura comunista instaurada con décadas en el poder.
El PRI no está hablando el mismo idioma de los demás partidos, ni de la propia ciudadanía. Al parecer se tienen su propio lenguaje, como el dialecto alienígena que se hizo famoso en días pasados en México con Mafe Walker.
Quizá por medio de alguna sesión de portales dimensionales, se pueda entender cuál es el mensaje que intenta o quiere dar Alejandro Moreno y compañía en la dirigencia nacional del PRI.
No se trata de echarlo a patadas, o de decir que todo está mal con el PRI, pero sí debe someterse al escrutinio de los suyos y en especial rendir cuentas de lo ocurrido; en el tricolor están como el marido golpeador al que al final le terminan pidiendo perdón por recriminarle sus errores.
Una oposición fuerte permite el diálogo y acepta los comentarios sin rebatir a la primera. Ocupa los mejores consejos y construye a partir de lo más rescatable de cada uno de los procesos.
En estados como Hidalgo y Oaxaca, hay mucha militancia del PRI que no quiere saber nada de sus representantes. La derrota sigue calando en lo más profundo y tendrán que reponerse en solitario, ya que sus líderes están empecinados en seguir peleando cara a cara con el gobierno federal y no entienden lo que les está diciendo la ciudadanía. ¿No entienden o se hacen? ¿Hablarán lenguaje alienígena?
Eduardo González
Twitter: @laloflu