La salida de Gertz Manero de la Fiscalía General de la República (FGR) y la llegada de Ernestina Godoy ha generado opiniones divididas. Algunos celebran su experiencia como fiscal capitalina y confían en que hará un buen papel; otros desconfían por su cercanía con Claudia Sheinbaum y Morena, temiendo que, pese a su promesa inicial, utilice la institución para ajustar cuentas.
Un buen liderazgo en la FGR no basta para derribar retos estructurales y endémicos de dicha institución. Y a nadie se le ha ocurrido pensar en la necesidad de crear una escuela nacional de la judicatura y la fiscalía.
Así que una nueva fiscal no garantiza un cambio profundo; aun así, este es mi primer escenario: menos probable, pero posible. Con el apoyo de Sheinbaum, Godoy podría impulsar la profesionalización de las fiscalías, depurar áreas capturadas por intereses externos, agilizar investigaciones bloqueadas y orientar la institución hacia las víctimas, tal como prometió.
Otro escenario, más probable, es que tengamos una FGR leal al gobierno, pero funcional. Esto significaría que Godoy mantendría una independencia “selectiva”: autonomía en asuntos técnicos; alineación política en casos sensibles; y control del momento en que se activan o avanzan investigaciones que afectan al régimen. Predominaría la idea de que la FGR no es un órgano neutral, pero tampoco una herramienta de persecución abierta.
Escenario crítico: Continuidad del modelo Gertz. Aquí Godoy reemplaza a Gertz, pero sin cambiar nada: expedientes que no avanzan, selectividad política, uso mediático de casos, impunidad estructural intacta, crimen organizado con protección política, redes de fiscales corruptas, estructuras federales que funcionan como feudos.
Godoy, por último, estimo que no será una figura ornamental, será una fiscal que ejecuta una estrategia, y esa estrategia dependerá del equilibrio entre los intereses de justicia de Sheinbaum y los intereses de control del propio aparato estatal. México necesitaba una FGR renovada. Lo que recibimos es una FGR redefinida, pero aún no sabemos el rumbo que seguirá.