Presidenta. Así, con “a”.
Es la primera vez en la vida de México que se escribe esta historia. Una mujer llega junto con todas. Cosecha los frutos de quienes se han ido y de quienes continúan. Pienso en muchas… muchas.
El camino estrecho, en estas horas convulsas, se abrió. Cedió a punta de marcha, de grito, a golpe de esfuerzo conjunto y plural.
Inicia una etapa con Claudia Sheinbaum Pardo al frente. A partir de este día portará la banda que le entregó Ifigenia Martínez. ¡Qué fotografía! Esa es la imagen, esa.
Los últimos seis años quedaron atrás. Ya responderán. Pero ahora es ella, son ellas. Es su turno.
Hay preguntas. Hay temor. Hay deseos de creer.
En su equipo cercano lo tienen claro. La seguridad es la gran deuda, lo urgente. Ya no cabe tanta violencia, tanto desamparo, tanto horror.
Se suma el combate a la pobreza (la condición extrema aumentó), la educación (el pendiente eterno y determinante), la salud (insuficiente, debido a decisiones de la propia autoridad), la economía (con enormes desafíos, no solo por factores externos).
Además, en las filas del movimiento, y ocupando puestos clave en el partido y las legislaturas, quedan residuos corruptos que serán todo un reto.
Hay preocupación y esperanza a la vez. La gente aguarda.
La Dra. Sheinbaum Pardo toma las riendas de una nación con profundas heridas. En el centro se encuentran adultas, jóvenes, adolescentes y niñas. En el núcleo se mueven, con absoluta entereza y dignidad, las madres buscadoras. En sus pechos portan las imágenes no solo de sus seres queridos, sino de todo un país.
Son ejemplo, en el sentido más amplio de la palabra.
La mandataria deberá responder. Tiene todas las facultades constitucionales y las herramientas individuales para hacerlo.
En el andamiaje del sistema ya es la figura más poderosa. En la experiencia personal es preparada, inteligente y trabajadora. En el tiempo es hoy la primera mujer presidenta de la República.
Somos testigos de un nuevo andar. Ahí estamos, también, las que somos y las que partieron.
Todo está por contarse. Deseo, de todo corazón, mejores amaneceres para mi México.
Aquí entre nos
Seguiremos escribiendo, informando, analizando, presentando y consignando, como cada sexenio, como siempre, paso a paso, día con día.