La esperanza se llamaba Guardia Nacional

  • Razones y pasiones
  • Elisa Alanís

Ciudad de México /

La más reciente gira del presidente Andrés Manuel volvió a ser una oda a la militarización de la seguridad: inauguración de cuarteles, promoción del creciente número que engrosa las filas de la Guardia Nacional y su propuesta para que se integre de lleno a la Secretaría de la Defensa (Sedena). Mientras tanto, la violencia no cede. Ya en el poder, el de AMLO se parece mucho al discurso de Felipe Calderón. Ojalá no termine igual.

La esperanza se llamaba Guardia Nacional, se titula la tesis de maestría en periodismo de investigación (CIDE) de Concepción Peralta. Vale la pena leerla (http://repositorio-digital.cide.edu/handle/11651/4460).

En uno de los capítulos, Concepción analiza que, a excepción de Tamaulipas, los estados del norte no sobresalen en el número de efectivos. Además, el despliegue de elementos no obedece a una lógica de incidencia delictiva, como lo sostuvo la ASF.

En materia de violaciones a derechos humanos, la Guardia se colocó rápidamente en el top 10 de instituciones que más denuncias acumulan, incluso por arriba de la Sedena

Peralta entrevista a policías y militares y consigna la herencia de Cienfuegos. Enrique es uno de los policías federales que pasó los exámenes físicos y fue declarado apto para la GN. “El problema con la actual Guardia Nacional es que los mandos no saben de labores policiales y los soldados viven con miedo a ser castigados”, explica. “Cuando la cosa ya estaba perdida, era que entraban los soldados, porque esos güeyes solo llegan a partir madres”.

Sobre el cuestionamiento que la periodista hace de actos de extorsión, tortura, corrupción y ejecuciones como las de Apatzingán y Tanhuato, esto responde el nuevo miembro de la Guardia:

“La culpa (de la mala fama) fue de los jefes que eran corruptos y por ellos pagamos todos. Pero si el Presidente desapareció a la Policía Federal por Genaro García Luna, en congruencia ahora debería desaparecer a la Defensa Nacional por la corrupción del general Salvador Cienfuegos. Vamos 1-1. Falta el desempate”.

Aquí entre nos

Las injusticias se repetirán una y otra vez mientras la impunidad, civil y militar, continúe. Las palabras de una nueva estrategia contra el crimen se las lleva el viento. Los hechos son los que marcan la diferencia. Tiene razón López Obrador cuando dice que si la violencia no termina, su gobierno no trascenderá. 


Elisa Alanís

@elisaalanis

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