Los dos AMLO frente a la militarización

Ciudad de México /

López Obrador reafirmó su voluntad de militarizar la seguridad pública.

Declaró en Baja California que, si la Guardia Nacional no cuenta con la Sedena y Marina y regresa a la Policía Federal, en muy poco tiempo “se va a volver a echar a perder”.

“Vamos a dejar a la GN dependiendo de Sedena porque nos va a garantizar protección y seguridad del pueblo por mucho tiempo hacia adelante”, señaló.

La apuesta todavía es a futuro, “hacia adelante”. Como si no hubieran pasado ya tres años de su mandato. Como si los soldados no hubieran estado en acción —abiertamente desde la administración calderonista— en el México de los cárteles. Como si la violencia no fuera una realidad cotidiana. Como si la impunidad no continuara. Como si el negocio de las drogas (entre otros) no fluyera.

Pero son a los militares, y no a civiles, a quienes quiere el Presidente.

Contrario a lo que dijo en años anteriores, el fin de semana, Andrés Manuel indicó que era absurdo que la Constitución no permitiera que las fuerzas armadas ayudaran a garantizar la tarea de seguridad pública. “¿Cómo no echar mano de dos instituciones tan importantes para enfrentar el grave problema de la inseguridad?”, se preguntó y reafirmó al mismo tiempo.

A mediados de 2010 escuchamos a otro AMLO: “No es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de inseguridad y de violencia. Voy a hablar con los legisladores de nuestro movimiento para que no se vayan a otorgar facultades excesivas al Ejército. Ya estamos viendo cómo inocentes están perdiendo la vida. No podemos nosotros aceptar un gobierno militarista. Que no se utilice para cubrir las incapacidades de los gobiernos civiles”.

A principio de 2012 comentó: “Tenemos que ir sacando al Ejército de las calles. No está preparado para esta función. Tenemos que ir regresando al Ejército, en la medida en que se va profesionalizando la policía, ese es mi plan. Creo que nos va a llevar seis meses para que sea la nueva Policía Federal la que se haga cargo de garantizar la tranquilidad y la seguridad pública”. Ahí están las imágenes, ahí está el registro de las palabras del Andrés de hace una década.

Hoy, en sus actos, proyectos, presupuestos, están presentes las fuerzas armadas como el timón de la llamada 4T. Una cuarta transformación militarizada, con asidero en una realidad que, hasta el momento, permanece como la eterna promesa sexenal.


Elisa Alanís

@elisaalanis

Facebook: Elisa-Alanís-Zurutuza

  • Elisa Alanís
  • Periodista. Máster en Análisis Político y Medios de Información. Escribo #RazonesyPasiones en @Milenio. Conduzco #ElisaEnMilenio
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS