La convención demócrata esta semana ha sido el prólogo a una campaña presidencial como ninguna otra. Estados Unidos reporta más de 5 millones de contagios por covid-19. Es la nación con más infecciones y más muertes en el mundo. En las últimas 20 semanas, cerca de 55 millones de estadunidenses han solicitado beneficios por desempleo mientras la economía más grande del mundo se contrae a una velocidad sin precedente.
En las calles, cientos de miles de personas han salido a manifestarse en contra de la desigualdad desenmascarada por el virus y el racismo sistémico que ha manchado la historia de este país. Manifestaciones al son de las Vidas Negras Importan. Ni más, ni menos que otras vidas, como dijo anoche el ex presidente Barack Obama durante su discurso en Filadelfia, en el que criticó a Donald Trump, no como adversario político, sino como amenaza al orden democrático y en el que destacó la importancia de esta elección por encima —incluso— de la que lo llevó a la presidencia.
Todas las elecciones son históricas, pero no todas tienen la capacidad de cambiar el rumbo de la historia. En este 2020 Estados Unidos se juega mucho más que la elección de su próximo presidente, en noviembre el país votará por el futuro de su democracia y los principios que la definen. Por todo esto estamos frente a una campaña como ninguna otra y por eso la coalición que buscan armar Joe Biden y Kamala Harris es como ninguna otra.
No será fácil, al incorporar a las voces conservadoras que tratan de marcar distancia de Trump y del Partido Republicano apoyando a Biden, los demócratas han relegado a segmentos importantes de su base como los latinos y el ala más progresista del partido. Republicanos como el ex gobernador de Ohio, John Kasich, o el general Collin Powell contaron con más tiempo y espacio que cualquiera de los políticos hispanos que participaron en la convención. La construcción de coaliciones amplias no debería ser un obstáculo para lograr una representación justa, sobre todo en el evento estelar de un partido que busca representar la diversidad de una “nueva América”, como la llaman aquí.
A partir de esta semana y por lo que resta hasta la elección, Estados Unidos vive días definitorios. Estamos en la cuenta regresiva a esa cita con la historia.
@Enrique_Acevedo