Utilidad laboral

  • Historias con zapatos
  • Enrique Entero

León /

Entre las propuestas emitidas por el próximo jefe del ejecutivo nacional, Andrés Manuel López Obrador, se encuentra la de otorgar una pensión a todos los adultos mayores con edad de sesenta años y más, que reciban o no las pensiones que aporta el IMSS, ISSTE y el Seguro Popular.

La propuesta debe ser formalizada y enriquecida en su planteamiento, considerando la posibilidad de que estos receptores de las pensiones anunciadas aporten a cambio su conocimiento y experiencia laboral y se incorporen, en la medida de sus posibilidades, como asistentes en las tareas que desarrollan las instituciones públicas en nuestro país.

Tomando como ejemplo el dato sobre la situación del Instituto Mexicano del Seguro Social que actualmente pensiona a 270 mil trabajadores, es importante destacar que parte de ellos se jubilaron siendo médicos generales y especialistas, enfermeras y enfermeros, trabajadores sociales a una edad aproximada de 52 años, quienes, además de contar con la posibilidad de incrementar el monto de su pensión, bien pueden integrarse a la propuesta mencionada con anterioridad.

También en México existen 1.5 millones de jubilados estadounidenses que reciben de su país de origen entre 1,500 y 2,500 dólares al mes, que si bien hacen una derrama económica en beneficio de la nación, pueden contribuir voluntariamente con su conocimiento y experiencia a labores del gobierno mexicano o de la sociedad en general.

Además del dispendio de los recursos económicos federales mediante el latrocinio efectuado por funcionarios públicos deshonestos, las malas operaciones en la compra-venta de bienes y servicios, los pagos inflados en la adjudicación de obras públicas por el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales, existe un grave desperdicio del talento de los mexicanos basado en su conocimiento y experiencia no aprovechados.

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