Confianza, poder y vulnerabilidad de AMLO

Tampico /

Andrés Manuel López Obrador tiene en este momento un poder mayúsculo que quizá no han tenido gobernantes en años: confianza.
Es cierto, el 47 por ciento no votó por él, de éste, un porcentaje espera que por lo menos cumpla lo prometido y estará exigiendo eso, el otro, cuestionará el proyecto político, lo que caiga y lo que se mueva, desde su incompatibilidad ideológica con la del tabasqueño.
Este poder adquirido tras la elección del primero de julio ha sido palpable en sus acciones y las de su equipo, y están a la par en reflector, incluso en ocasiones, sin que debiera ser, por encima del gobierno en funciones, solo basta recordar la visita de estado norteamericano a México en días pasados, y es en dicho protagonismo en donde se está midiendo por adelantado, las capacidades y fortalezas del cimentado ‘morenístico’.
Este es un riesgo que se asumieron al instaurarse justo el Gobierno de la República como una directriz moral (y burocrático), y que por pasos, ha ido cobrando algunas facturas, las primeras sin grandes saldos, sin embargo, el anuncio de la multa del INE sobre el fideicomiso “Por los demás”, diseñado para ayudar a damnificados del sismo, cimbró precisamente ese dominio en las manos del Presidente electo, y que a su vez, será también su debilidad, el talón de Aquiles, porque carga sobre hombros la vulnerabilidad del México oprimido, y desconfiado de sus gobernantes.
El se asumió con una retórica progresiva de 18 años como la contraparte de un sistema viciado, que con orgullo y sin pena portaba el saco de la impunidad, y que al final el electorado (sí claro, el 53% nada más) decidió creerlo.
Este fin de semana, tras días de silencio y una contestación exacerbada por parte del Obrador, vino la respuesta desde varias direcciones, una necesaria entendiendo que, en el porqué de la llegada de Amlo a la Presidencia, yace también la amenaza de debacle.
Desde la oposición, por lo menos de una una parte, habrá este contrapeso que buscará tambalear esa confianza, en algunos casos ciega, en otras esperanzada.
Porque hoy quienes los votaron lo defienden, pero ¿cuánto va a tardar esa confianza?, ¿cuánto tiempo los que confiaron no lo meterán en el sesto de “es como todos los políticos”?
Porque el temor es que al final sea todo lo mismo.

  • Erik Vargas
  • erik.vargas@milenio.com
  • Reportero de oficio, periodista de opinión y contador de historias. Actual coordinador del área soft de Milenio Digital (M2).
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