Esta semana Chumel Torres, un youtuber y voz opositora al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, fue el personaje mediático del México Mágico; desató la moral, la moralina y la doble moral de las sobremesas.
¡Denme mi plato de drama!
Este comunicador ha sido una de las voces más críticas a la 4T, utilizando el sarcasmo y el humor negro. Este tipo de comedia que se basa en el uso de clichés y muchos adjetivos, obviamente el racismo, la discriminación y el clasismo, son ingredientes básicos de la receta, y los cuales ha utilizado no solo contra los políticos en el gobierno morenista, sino contra todo seguidor al Presidente, e incluso contra condiciones sociales como el indigenismo.
Es por ello que sus contenidos fueron sacados de HBO, una cadena que hoy es bandera contra el racismo en los Estados Unidos a raíz de Black Lives Matter.
Chumel por supuesto que es clasista y racista, pero no es un villano, México es clasista y racista, la discriminación es tan natural que incluso es parte de la idiosincrasia, y él es solo un reflejo de la situación actual, la división social en México, de la polarización social.
AMLO también está utiliza el clasismo y el racismo para crear códigos específicos en su plataforma política, sin embargo, hay mucha inocencia en quien cree que es el precursor de la división nacional, la división social mexicana viene desde la época de la conquista donde los derechos se clasificaban según la pureza de la sangre
Es desde ahí que indio se convirtió en una palabra despectiva porque representa una condición social de inferioridad.
En una situación similar están adjetivos como “chairo”, que se sobrepone a su concepto inicial de izquierdista o seguidor de AMLO, sino que se usa con la connotación ignorancia y pobreza.
Fifí, también ha ido tomando una forma despectiva, al grado que, como el propio Chumel ha expresado, muchos se preguntan, si existe el racismo o la discriminación a la inversa, tomando en cuenta que hay dos poderes frontales y equilibrados, el político y económico.
Chairo y fifí, “naco” y “fresa”, rico y pobre, blanco y moreno, civilizando e indio, hombre y mujer, heterosexual y homosexual… ¿cuántos clichés y adjetivos son engranes de cultura y del entorno social, político y económico?
Y sí, al final todos discriminamos...