Es casi inminente que, en agosto, los sistemas públicos de educación en todos los niveles volverán a las aulas; sin embargo, desde mi curiosidad me pregunto y seguramente usted también lo ha hecho, ¿estamos listos para el regreso a clases presenciales?
Si el Programa Nacional de Vacunación alcanza sus objetivos, podría ser; la duda es si ocurrirá para este verano, más si siguen dejando vacunas “echarse a perder”.
Insisto en que es casi inevitable el retorno de los niños a las aulas, porque el sistema educativo mexicano no pudo adaptarse al modelo online por diversas cuestiones socioeconómicas como la poca capacitación de los maestros en tecnología, el limitado acceso a internet en los familias mexicanas de niveles de pobreza (según cifras oficiales, en tres de cada 10 hogares no existe).
Otro punto no menos importante es que el modelo educativo mexicano es arcaico y de poca comprensión, esto nos exhibe cada que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) nos evalúa con la prueba Pisa. Somos un país con malas calificaciones en ciencias, lectura y matemáticas.
La realidad es más terrible si aparte vemos que, como resultado de estas malas calificaciones, ahora la escuelas hacen todo lo posible por no reprobar niños, aun si el aprendizaje no llegó a los alumnos.
Las escuelas en México, en ocasiones son más una urgencia de economía familiar que por su naturaleza social; es decir, en educación básica, sobre todo preescolar y primaria, la escuela es una niñera, más las de tiempo completo.
Seamos honestos, amigas y amigos: somos un país muy jodido donde los padres de familia deben trabajar mucho y aún así no alcanza para pagar niñeras o guarderías.
En un año de pandemia, el aprendizaje de nuestras políticas públicas ha sido muy bajo, no estamos listos para esta nueva realidad, por lo menos no para nuestras cuarteadas escuelas sin servicios.
Si nuestros gobernantes no aprenden, ¿cómo esperan que lo hagan nuestros niños y jóvenes?
Estos elementos hacen necesario el regreso físico, aun con todo el enorme esfuerzo que han hecho nuestros maestros para adaptarse a carencias y deficiencias, para aprender, algunos para ser creativos y más que sobrellevar el periodo, ofrecer alternativas a los estudiantes. _