Cuando se habla de Tamaulipas se piensa en balacera, ejecutados, levantones, secuestros.
El estigma es la normalización de las crónica de violencia es coloquial, de ya no tomarse foto militares.
“Ahorita se pasa”, le dijo un amigo a sus familiares, tras un tiroteo.
También es normal que los políticos minimicen la violencia para evitar futuros daños electorales, pero hay ocasiones que se propagan virales como lo ocurrido en la Universidad Tecnológica en Reynosa, ayer.
De lo que queda, números negros pero oficiales, la autoridad hace una ecuación y planea y politizan la seguridad... Estrategia, alardean.
Maricarmen Hinojosa Silva, analista en seguridad nacional, estuvo ayer en Victoria ofreciendo la charla, y resalta que el gran error de la “estrategia” es basarla en estadísticas porque la ciudadanía no denuncia, mucho menos la extorsión, el delito silente.
Según la estimaciones, se denuncian uno de cada 10 delitos, pero esta omisión ciudadana es auspiciada por el miedo a la represalia del crimen organizado, la falta de confianza en la autoridades y la pésima atención de las autoridades para al menos, atender una denuncia penal.
Porque una víctima de extorsión que denuncia puede perder la vida, la libertad o a un familiar.
Desde otra latitud, en Tampico, José Eduardo Hernández Cabrera de la Asociación Regional de Comerciantes e Industriales Mexicanos, pidió a las Mesas de Seguridad garantías: “hay temor de que al poner la denuncia vayamos a tener una reprimenda por parte de los delincuentes o sus cómplices porque damos nuestros datos personales, no tenemos confianza de quien nos está tomando los datos, hace falta mayor atención en eso, así como pedir los menos datos personales posibles”.
Y el asunto es que la autoridad aberrantemente sabe que existen extorsiones y cobros de piso, (o recuerden a nuestro hoy “gober” haciendo su enérgico posicionamiento en la tribuna cuando era senador) y aún así piden denunciar sin miedo… pero hasta alcaldes de camionetas blindadas y guaruras o policías en bola y armados lo tienen.
Pero sólo así, con la burocratización del delito, dicen, las procuradurías, estatal o federal; las policías, federal o estatal; los gobernantes, federal o estatal o municipal, podrán “actuar”... aunque no tengan policías, ni capacidad… ni huevos para hacerlo.