Tamaulipas pasó a la fase 2 de reactivación de la vida social y mi pregunta es: ¿qué tanto hemos aprendido de la pandemia que paralizó el planeta?
Hace varios días y escritos reflexionaba en la necesidad de una adaptación a lo que sea que en México signifique la “nueva normalidad”, porque todo apunta a que vamos hacia la vieja realidad, a los cánones arcaicos que nos pusieron en jaque. Escribía que, por ejemplo, la iniciativa privada iba a gastar mucha lana en interponer procesos mundiales acorde a las exigencias de la crisis sanitaria, no importa el tamaño, hasta el más humilde “changarrito” iba a modificar sus modos de trabajar, obvio con sus menudas excepciones…
¿Y el servicio público? ¿Han visto, solo por morbo, el transporte urbano cómo va?
Una de las grandes ambiciones es abrir playa Miramar, ¿pero bajo qué circunstancias? El alcalde de Ciudad Madero se “sanitizó” las manos y pidió que el estado se hiciera cargo de toda la vigilancia (y con ello la responsabilidad) del proceso, porque no tiene el personal.
No están equivocados, a la que hace años le denominaban la “cantina más grande del mundo” es un riesgo potencial de contagios masivos, primero, porque tiene una capacidad enorme de captación (en su momento ha logrado recibir casi 300 mil personas en una tarde; segundo porque los mexicanos somos bien valemadristas. ¿Puede el estado garantizar la seguridad de las personas que asistan al máximo paseo turístico del estado?
Playa Bagdad, en Matamoros, se saturó este domingo reciente, pero su cupo es limitado, quizás a una capacidad de 5 mil personas, hasta cierto punto es controlable; pero Miramar es una fiesta andante.
Otro ejemplo:la campaña renovación de licencias de manejo con un descuento de lujo, pero las oficinas fiscales y sus sistemas de trámites son obsoletos, y van a tener a decenas de personas apiladas desde la madrugada sin la Tía Susi. ¿Aquí quién es responsable?
En solo unos días de romance gente-calle, se atiborraron plazas, tiendas, espacios públicos, todo como si nada hubiera pasado, como si no hubieran más 70 mil muertos en el país, porque, ¿qué creen? Hay gente que aún no cree. Y viene el regreso a clases. Hay quienes lo ven factible… aún con escuelas con sobrecupo, déficit de maestros, y México siendo México.
Hey, chicos, con calma.