Trump no se va

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Del terror en el Capitolio de los Estados Unidos, el pasado miércoles, leo mensajes insinuando que el país del sueño americano se “trumpizó”; pero ese país ya era así, xenófobo y racista; él fue el combustible que reavivó la llama contenida.

Ahora le tocó dividir ideales políticos.

El magnate y presidente es portavoz de un sentimiento generalizado en la Unión Americana: el del supremacismo, y en este momento define el “trumpismo” más que ser republicano, como supremo frente a los demócratas, sus enemigos.

Caray, ¿la cultura norteamericana ve enemigos en todo lo que difiere?

A los inmigrantes latinos les ven indeseables, a los mexicanos peor, incluso mexicanos naturalizados o de ascendencia lanzan mensajes discriminatorios contra la sangre azteca.

Recojo una cita de un amigo en un texto que escribí en este mismo espacio en agosto de 2015 cuando veía segura la candidatura del millonario:

“Trump está sacando del clóset a todos los racistas y xenófobos que se escondían, las preguntas que quedan pendientes son: ¿qué pasará si no gana la candidatura?, ¿qué será de esos racistas doble cara?, ¿volverán al closet? , ¿cuántos demócratas piensan lo mismo que él?”

El discurso de Donald Trump alienta conductas que históricamente han provocado tragedias como la de agosto de 2019 en El Paso, Texas, en un supermercado, donde murieron 22 personas en un atentado contra la población mexicana en ese país.

La gente de color actualmente mueve el Black Lives Matter (las vidas negras importan) en una misiva importantísima que apunta contra los crímenes de odio, que en Estados Unidos, son permanentes; ¿acaso no es cierto que el KKK lleva tatuada la identidad del extremismo patriótico norteamericano?

El FBI documentó en noviembre de 2020 que la década que recién terminó era la más agresiva en crímenes de odio; tan solo en 2019 se registraron 7 mil 314 delitos; de ellos, 51 asesinatos motivados por temas raciales.

Y ahora hasta el patriotismo lleva crímenes de odio.

Trump no es el único responsable de lo que ocurrió en el Capitolio, donde murieron cuatro seguidores del presidente, patriotas, conservadores. Extremistas en un país extremista.

¿Qué será de los racistas, xenófobos, y patriotas violentos que salieron del clóset?

Trump deja la presidencia, ¿pero realmente se va? Lo dudo. _

  • Erik Vargas
  • erik.vargas@milenio.com
  • Reportero de oficio, periodista de opinión y contador de historias. Actual coordinador del área soft de Milenio Digital (M2).
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