¡Sorpréndeme septiembre!, dice el trend, y vaya que le pasó a los conductores y socios de Uber y DiDi, las dos empresas de transporte mediante software de apps de móviles que se mueven en Tamaulipas, que fueron sujetos de operativos de control en todo el estado.
En diciembre de 2020 se aprobó el documento enviado por el Gobierno de Tamaulipas donde se propuso adicionar una fracción al artículo 73 de la Ley de Hacienda del estado para la expedición de la “constancia de vehículo registrado en las empresas con plataformas digitales de redes de transporte, con el importe de ciento un veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización”.
O sea, cerca de 10 mil “varitos por chompa”. ¡Qué cool! ¿O no?
El operativo provocó varias situaciones lamentables que iniciaron con dos bloqueos de los prestadores del servicio, un hecho violento y el abuso por parte de los concesionarios de transporte regulado y tolerado que duplicaron y hasta triplicaron sus tarifas con el argumento de que “se quedaron sin jalar un rato y perdieron”.
Bueno, podemos echarle la culpa a todo el mundo, a los choferes, a la inseguridad, a “la calor”, pero al final el único responsable de que el ciudadano tenga un transporte público digno, es el Gobierno del estado.
Su responsabilidad es brindar, con el uso adecuado de nuestros impuestos, los servicios básicos pero, en su holgazanería, concesionan el transporte público que, aclararé, ok, está bien, pero se desentienden, paps.
El concesionario solo recibe indicaciones, precios de tarifas, impuestos y permisos pero no apoyo, y eso se traduce en que el servicio esté tan castigado, con rutas toleradas, unidades en mal estado (que por cierto pasan las revistas vehiculares), choferes no capacitados y todo esto se traduce en abusos al ciudadano, porque al final solo les importa la recaudación, porque suburbans, bebé.
No, señores, vayan a ver si hay ganancias en otro lado, porque pierde el ciudadano de a pie que soporta micros zombie con hoyos en el piso corriendo rápidos y furiosos, carros chuecos de ejes o papeles, choferes malhumorados por turnos de 15 horas y ganancias mínimas.
Y ya que les gusta presumir la generación de empleos, el transporte público es hoy empleo directo del gobierno, uno muy, pero muy castigado.
Se tenía que decir y se dijo.
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