Cuando un ser querido muere

  • Un día a la vez
  • Erika Ramírez Rodríguez

Laguna /

Cuando muere un ser querido nos invade la tristeza, sentimos que todo se derrumbó, vemos a la familia mutilada y todo nos empieza a enojar, creemos que la alegría se fue de nuestras vidas.

Para el doliente todo se detiene, sin embargo, la vida sigue con o sin nosotros, no deje que la depresión lo consuma, lo invito a que haga algo distinto que le ayude a salir de ese estado melancólico, hacer cosas diferentes ayuda a reintegrarnos a la vida.

Ser felices jamás será una falta de respeto para quien murió, le pregunto: ¿A su ser querido le gustaba verle reír?, ¿entonces por qué recordarle con desdicha?

La persona que se fue nos dio luz y vida, no oscuridad y muerte.

Atrévase a realizar un duelo, es decir, vivir el sufrimiento sin estancarse en él, y así lograr llegar a la aceptación.

Cuando por accidente nos hacemos una cortadura, la cuidamos, la atendemos, tomamos analgésicos para curarla, hacer un duelo es lo mismo, es decir, hay que atendernos para no caer en un estado patológico de depresión, la cicatriz y el dolor quedará, pero el sufrimiento acabará.

Dele gracias al creador porque tuvo a ese ser en su vida, sonría por él.

Honre su memoria recuperándose, diciendo un sí a la vida.

Después de la muerte de un ser querido la historia cambia, nosotros cambiamos, pero aun así, sí se puede ser feliz, tal vez no de la misma forma que cuando él o ella estaba, pero sí se puede.

Cada vez que lo recuerde esboce un gesto de alegría, su ser querido se lo merece.

Valore lo que sí tiene, salud, hijos, padres, pareja, nietos, casa, la vida misma, esos son motivos para seguir viviendo, concéntrese en las presencias, no en las ausencias.

Sea feliz y viva, imagine que ese día del reencuentro tendrá muchas historias que contarle.

Aferrarse al sufrimiento duele, mientras que soltar libera.

La felicidad es una actitud ante la vida, no un estado de ánimo.

Cuando muere un ser querido queda un hueco en el corazón, llénelo con todo ese amor que le tiene, mientras ese amor siga vivo su ser querido estará con usted.

Elija vivir, haga que triunfe el amor pensando en que solo por hoy, enfrenta la vida no sin él o ella sino con él o ella en su interior.

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