Decisiones

  • Un día a la vez
  • Erika Ramírez Rodríguez

Laguna /

Cuando se trata de tomar decisiones, somos muy dados a dejarnos llevar por la culpa o por la necesidad de complacer a los demás.

Es normal tener la duda de si estamos bien o no, la mejor forma de encontrar la respuesta, es darnos unos minutos para reflexionar sobre nuestra realidad, haciendo un pequeño viaje a nuestro interior y ver qué es lo que nos hace sentir mejor.

Una buena decisión siempre será aquella que nos dé bienestar.

Sin lugar a dudas, es difícil mantener un equilibrio en este mundo dual, sin embargo, cuando se busca la armonía haciendo conciencia partiendo de lo que uno realmente quiere, sin poner oídos a las opiniones de los demás, se puede lograr.

La vida es muy corta, por eso hay que vivirla plenamente, convirtiéndonos en lo que queremos convertirnos, poniéndonos en primer lugar, sabiendo que lo bueno es sólo aquello que nos da bienestar y lo malo es todo lo que nos produce malestar, quitando las creencias que los demás nos implantaron para poner las propias, la más importante; creer en nosotros.

Tomar una decisión consciente siempre nos dará bienestar, saber que somos personas de palabra nos hará sentirnos orgullosos.

En ocasiones la culpa nos lleva a tomar decisiones que no nos satisfacen.

Hay que recordar que la culpa no existe, por lo regular es una creencia impuesta, la mayoría de las veces viene de los juicios ajenos.

Una cosa es la culpa y otra es sentirte en deuda con alguien, la culpa es soberbia y orgullo, porque no toleramos equivocarnos, porque se piensa que venimos a lucirnos en la vida y no a experimentar, en cambio las deudas se pagan y ya.

Lo peor que podemos hacer, es poner nuestra vida en las decisiones de otros.

Dejemos de ser borregos y hagámonos responsables tomando decisiones desde nuestro ser, sigamos evolucionando.

La vida es un proceso de aprendizaje constante.

Anímese a equivocarse, deje su ego, deje de aparentar y sea quien en verdad es, sea usted quien viva su vida.

Sin miedo y sin sentirse culpable atrévase a tomar decisiones, elija ser usted, pues más vale ser un diamante en bruto que ser uno de imitación.

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