El 2 de julio de 2018, los medios de comunicación nacionales e internacionales daban cuenta del avasallador triunfo de Andrés Manuel López Obrador. En las crónicas, en particular las extranjeras, se hablaba de la primera ocasión en que la izquierda llegaba al poder en el país.
En el discurso quizá lo sea: “Primero los pobres” es el mantra de esta administración. Pero más allá de las palabras es difícil conciliar lo que ocurre con lo que comúnmente se acepta que es la izquierda: basta con ver cómo se ha implementado el Insabi, cuyo objetivo es que la población más vulnerable del país acceda a la salud. Al día de hoy “los pobres”, como los llama el gobierno, son los principales afectados por una decisión que se tomó sin pensar en sus consecuencias.
Eso en el mejor de los casos. Porque en otras categorías lo que hay son políticas dignas de la derecha más recalcitrante. En el terreno fiscal, el gobierno es conservador a niveles de los años 80. Vivimos hoy la promesa de George Bush padre en su campaña de 1988, cuando exclamó: “Lean mis labios: no habrá impuestos nuevos”.
El otro detonante económico de tradición izquierdista, el gasto estatal en infraestructura, es menor que el de los gobiernos de la “época neoliberal”.
En ecología se persiguen políticas con las que cualquier empresario capitalista estaría más que feliz: el encumbramiento del petróleo, el carbón y los fósiles que causan el calentamiento global. Los renovables son poco menos que el anticristo para esta administración.
En seguridad la estrategia es la creación de un Ejército con otro nombre, pero con el mismo objetivo. Y a los militares se les metió hasta en la sopa: ellos construyen aeropuertos y bancos; hasta transportan papelería electoral y libros de texto, por mencionar solo unos casos.
Y qué decir de la procuración de justicia. De concretarse la contrarreforma que se filtró esta semana —que falsa no es, pues nadie se aventaría a escribir más de 600 páginas de propuestas legislativas por puro gusto—, México regresaría a un sistema que nada le envidiaría a los de las autocracias que hoy tan en boga están.
El 1 de julio triunfo un movimiento que representa muchas cosas. Solo que ninguna de ellas es la izquierda.
@esteban_is
Facebook: /illadesesteban