No es noticia que estamos en el sexenio de la paridad con una participación histórica de mujeres en espacios políticos, esto aunque no haya ninguna mujer presidenta de un partido o coordinadora de grupo parlamentarios. Y aunque algunos partidos presumen la cantidad de mujeres que hay en sus filas como si éste fuera un compromiso cumplido con éstas, habría que preguntarse si la paridad es un asunto de mera democracia decidida por la SCJN o es un reflejo feminista de los partidos.
Notablemente, desde hace un par de años los partidos políticos decidieron adoptar el feminismo en su agenda, empezaron a usar pañuelo morado y a intentar apropiarse del discurso feminista,principalmente el del cese a la violencia contra las mujeres. Por ejemplo el partido Acción Nacional adoptó un discurso que pone a la feminidad en el centro de todo, teniendo como única postura es que se necesita ser mujer biológica y heterosexual. Discursivamente les conviene que todo gire al rededor del sexo, pues les permite omitir cuestiones de desigualdad y discriminación.
Sin embargo, si tomamos en cuenta que el feminismo es una ideología política que cuestiona todas las estructuras sociales de dominio y que para ello debe tomar en cuenta aspectos económicos y sociales, podemos decir que el discurso del PAN no es feminista sino mujerista, pues no busca nada más alla de la simple presencia de las mujeres el espacio político, pero sin ningún tipo de incidencia real.
Esto no es exclusivo de un partido, el resto de ellos también han caído de una forma u otra en la trampa del mujerismo, teniendo como ejemplo los partidos de izquierda que siguen presumiendo la paridad y la representación política de las mujeres como un logro de la agenda feminista cuando es evidente que un derecho democrático de simple participación equitativa no garantiza una visión feminista de absolutamente nada, más que la mera presencia del género que representa a la mitad de la población.
Hoy más que nunca es necesario evitar caer en el simplismo de que la agenda feminista es solo hablar de mujeres, lo que realmente se necesita es un compromiso, en las instituciones, con el feminismo y su agenda. La sola presencia de las mujeres, pero sin participación no es más que un mero paliativo que no resuelve nada, porque si no les incomoda, entonces no transforma.
¿Por qué a los partidos conservadores les gustaría un movimiento que lucha por la despenalización del aborto? ¿Por qué a un partido en el poder le acomodaría un movimiento que señala misoginia en el sistema judicial? Las exigencias del feminismo son tan disruptivas que no le pueden quedar bien al discurso político de ningún partido, su deber es incomodar, sobre todo, al conservadurismo y al poder hegemónico.
@EstefaniaVeloz