En la semana se aprobó la reforma para combatir las malas prácticas del outsourcing en México. Contrario a lo que se dijo en algún momento, no desaparecerá completamente, sino que se limitará a servicios especializados, lo cual me parece un acierto. Con este se busca evitar ciertas formas de evasión fiscal y de incumplimiento de las responsabilidades del empleador para con sus trabajadores, sobre todo aquellas relacionadas con la seguridad social, el derecho a la vivienda y al fondo para el retiro. Se calcula que la subcontratación generaba pérdidas en la recaudación de entre 300 y 500 mil millones de pesos al año; además de los 50 mil millones que perdía el IMSS por el registro de cuotas inferiores al salario recibido. ¿Cuáles son los aciertos? La discusión no fue unilateral, previo a ser enviada a las cámaras, el Presidente se reunió con representantes empresariales y sindicales con el fin de llegar a acuerdos que beneficiaran a todos. ¿Cuáles son los riesgos? Que no todas las empresas tienen la capacidad de absorber todo el personal. De acuerdo con encuestas recientes, solo 30% podría incorporar a todos los trabajadores, 60% buscaría negociar trabajar en un esquema informal como pago por honorarios o asimilado a salarios y 10% optarían por la desvinculación laboral. En tres meses podríamos tener un problema de desempleo tremendo. ¿Qué más podría salir mal? Pensemos en ejemplos concretos, un despacho contable no podrá subcontratar temporalmente a más contadores cuando se les junten las auditorías, tampoco las empresas agrícolas podrán contar con más jornaleros durante sus picos de producción. Por último, ¿quién define si un servicio es especializado o forma parte de tu actividad económica preponderante? Les pongo un ejemplo, en el IPADE, el método del caso implica la discusión entre los participantes a la hora del desayuno o la comida, ¿eso convierte a los meseros y cocineros parte de la actividad económica preponderante? Perdón, pero justamente este tipo de nudos burocráticos le abren la puerta a la corrupción. En fin, los cambios están hechos, con sus lagunas y sus aciertos. ¿Qué opinas al respecto?
Federico D’Kuba
fchavez@ipade.mx
Federico D’Kuba es profesor del IPADE Business School