Un par de penales revisados por el VAR en favor de los equipos visitantes durante los partidos de vuelta, justo cuando parecían haber bajado los brazos: uno lo desperdició, mientras que el otro lo aprovechó y puso la eliminatoria en el territorio de la angustia. En ambas series la posición en la tabla terminó siendo el criterio para definir a los finalistas, quienes sufrieron de más para llegar esta instancia. El primero y segundo en la tabla general se instalan en la serie decisiva.
CON GARRAS Y DIENTES
Desde el largo servicio inicial en la cancha de Ciudad Universitaria, el Cruz Azul estuvo cerca de tejer una jugada con alto grado de peligrosidad, si bien la UANL respondió rápido con un cabezazo de Correa en absoluta soledad y en las barbas del arquero Gudiño y un disparo al poste de Gorriarán: un par de minutos en los que ambas puertas pudieron haber sido abiertas. La promesa inicial se diluyó: vinieron minutos de reacomodo, entre pelotazos que buscaban saltar líneas y batalla en el medio campo, seguidos de un pantanoso accionar por parte de los dos equipos, incluyendo rispidez en algunas entradas, servicios imprecisos y escasa orientación hacia las porterías. Olvidable primera parte que además se alargó seis tortuosos minutos más.
Para la segunda parte hubo un despertar de ambos cuadros: Brunetta tuvo una clara al 53’ pero echó su tiro por la borda, después de un par de aproximaciones de la Máquina. El ritmo creciente en las porterías culminó con el gol de Correa al 61’, quien después de hacer una gran jugada, le volvió a caer la pelota y remató con dechado de técnica a botepronto. Los Tigres se agazaparon, quizá demasiado, mientras que los de azul, con cambios incluidos, adelantaron líneas y presionaron hasta lograr el empate vía penal al 75’, ejecutado con tranquilidad por el Toro Fernández. En el tiempo restante, los de casa intentaron dar la voltereta y la visita tuvo su oportunidad pero el marcador permaneció 1-1, dejando todo para la vuelta.
Fue el propio Brunetta, tras recibir sutil pase de taquito de Gignac, quien mandó la pelota a la red cerca de la media hora de partido.
El Toro Fernández ejecutó el penal que le hubiera dado vida a su equipo y después conectó de cabeza pero en ambas ocasiones el felino arquero bajó la cortina de su puerta, todavía con veinte minutos por jugarse. A pesar de que siguieron intentando con más ímpetu que enfoque, los de azul no encontraban la portería y parecía más probable el segundo de los anfitriones, aunque en la compensación alcanzaron a ponerse en el marcador por un autogol, ya con diez hombres por la terrible lesión de Orozco, poniéndole cierta emoción al par de minutos finales. Con el marcador espejo de 1-1, el Cruz Azul se despide del torneo
SUFRIMIENTO EN EL INFIERNO
El Monterrey saltó a su campo para tratar de obtener una rápida ventaja ante un Toluca que mostró aplomo, resultando un arranque equilibrado con una mayor posesión de los de casa durante los primeros 20 minutos, si bien el juego se desarrollaba de manera entrecortada y con alta densidad en media cancha. La primera de peligro serio corrió por cuenta de Arteaga al 26’ pero el arquero González, abucheado por la tribuna regia, tapó oportunamente en el primer poste, en tanto una barrida salvadora de Medina evitó el gol de Paulinho. Los Rayados empezaron a intensificar la presión y un aviso del Tecatito, invalidado por fuera de lugar, antecedió al gol de Berterame en imposible remate de cabeza, sosteniéndose en el aire y cruzando la pelota; el asedio se mantuvo unos minutos más hasta que el primer tiempo concluyó.
El partido de vuelta inició como si se tratara de una continuación del segundo tiempo vivido en el BBVA de Guadalupe: el Monterrey muy atrás, jugando con línea de tres, y el Toluca de a poco generando presión para buscar anotar lo antes posible, lo que sucedió al 19’ por conducto de un remate de Pereira, aprovechando que la defensa se quedó atorada. Vendrían los mejores minutos para el cuadro del Estado de México, generando llegadas por diversas rutas, hasta que Paulinho, tras recibir esclarecedor servicio de Castro, convirtió el segundo hacia el final de la primera parte, mientras que el equipo visitante apenas mostraba cierto interés por acercarse a la portería de enfrente. Helinho convirtió un penal al 51’ para poner el tercero en la cuenta que ya parecía ser definitivo: nada de eso. Minutos después, Ramos hizo lo propio desde los once pasos y le puso número a la casa del cuadro visitante, si bien lo principal fue que renació su espíritu competitivo...