El 5 de diciembre de 1953, andaba de moda la canción “México Lindo y Querido”, que como todo el mundo sabe dice: “si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí”; cuando Jorge Negrete, falleció en esa fecha, en Los Ángeles, California, hasta donde el Presidente de México, Adolfo Ruiz Cortines, mandó un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, para traer su cuerpo a México; declarándose luto nacional, izándose la bandera a media asta, guardándose un minuto de silencio en todos los cines y radiodifusoras y rindiéndole los máximos honores que se le pueden dar a un mexicano excepcional.
En el Palacio de Bellas Artes, cubrieron el féretro de Jorge Negrete, con la bandera nacional, acompañado por casi todos los grandes actores y actrices de la época, sobresaliendo sobre todo su viuda María Félix, Pedro Infante, Mario Moreno “Cantinflas”, Arturo de Córdova, Elsa Aguirre, los hermanos Fernando, Andrés, Domingo y Julián Soler; Rodolfo Landa (Rodolfo Echeverría Álvarez), quien quedaba en su lugar en la Secretaría General de la Asociación Nacional de Actores ANDA, que Jorge Negrete, había fundado y en cuyo honor lleva su nombre el teatro ubicado en la colonia San Rafael, en la Ciudad de México; siendo su sepelio uno de los más multitudinarios y sentidos que se han visto en la historia.
Pero Jorge Negrete, no solamente fue inmortalizado por su canción “México Lindo y Querido”, que es un himno musical de México, que se interpreta en eventos internaciones como la última pelea de Saúl “Canelo” Álvarez, en Las Vegas, Nevada; sino por su gallarda personalidad en la pantalla grande y por haberle cantado a la Patria, a la Revolución, al pueblo, a Jalisco, San Luis Potosí, España, Argentina, Venezuela, y a tantos países; habiéndole cantado también con todo su corazón a la mujer y al amor.
Jorge Negrete, destacó porque en la época postrevolucionaria, con su antecedente de haber sido un brillante cadete del Heroico Colegio Militar, su imponente presencia y su inigualable maravillosa voz, reafirmó la mexicanidad del pueblo, dándole sentimiento de pertenencia e identidad, llenándolo de orgullo, como pocos artistas lo han logrado; por eso a 72 años de su desaparición física, México lo sigue teniendo presente como un valor artístico para las actuales y venideras generaciones.
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