En el nombre de Facebook

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  • Fernando Santillanes

Ciudad de México /

Si la vida de miles de millones es registrada a detalle cada día en las redes sociales, ¿por qué no avanzar en el camino de realmente vivir en ellas?

Esta parece ser la pregunta a la que Mark Zuckerberg quiere encontrar una respuesta y parece que ya sabe cómo hacerlo.

Todo indica que la próxima semana veremos un cambio en el nombre de Facebook, al menos una variación en la manera que la empresa se conforma, con la intención de enfocar más esfuerzos para llevar a la red social a convertirse en la primera gran compañía del metaverso masivo.

El metaverso es o son los entornos virtuales en juegos de video en línea o espacios más avanzados de realidad virtual, donde los usuarios no solo conviven y entablan relaciones sociales sino también hacen transacciones que soportan gran parte de la economía digital actual, en la que la compra y venta de artículos virtuales se han convertido en un mercado millonario en crecimiento.

Para ejemplo un juego: Fornite. Este título que está disponible en prácticamente cualquier plataforma, género entre 2018 y 2019 más de 9 mil 200 millones de dólares en ganancias por la compra de pases virtuales de las temporadas para jugar con nuevos personajes y ropa virtual, así como de otros artículos de píxeles.

Todo ese dinero fue gastado no solo para jugar mejor, sino para convivir y lucir mejor en este mundo virtual, pues parte fundamental de Fornite es la interacción entre los participantes mediante voz y chats escritos, y por supuesto la imagen de sus avatars que entre más personalizaciones y bailes virtuales tengan, son más populares.

Zuckerberg ha entendido que toda una generación está creciendo mientras vive hoy en dos realidades o universos al mismo tiempo, por lo que la adopción de nuevas tecnologías basadas en realidad virtual, será mucho más rápida en los siguientes años, creando un mercado más amplio y atractivo de lo que creíamos.

Horizon es el nombre de la plataforma que Facebook presentó hace un tiempo como el lugar donde comenzarían los mundos virtuales, el famoso Metaverso, para que millones de personas tuvieran espacios en la realidad virtual para divertirse y también trabajar, pues a la par puso en funcionamiento Workrooms, salas de juntas donde mediante el visor de realidad virtual Oculus Quest 2, hoy miles de personas ya llevan a cabo cientos de reuniones y presentaciones de negocios, todo esto acelerado por el confinamiento durante la pandemia.

Mark quiere cambiar el nombre de Facebook para que en nombre de su compañía la humanidad evolucione mucho más rápido a adoptar estas nuevas realidades, que se conviertan en la normalidad de la convivencia social de una nueva generación, la cual tienen que ser entendida no como una locura, ni como una ocurrencia, sino como el futuro de prácticamente cualquier convivencia social.

Una idea tan descabellada como decir hace 20 años que se gastaría más dinero en línea que en el mundo real, que haríamos más videoconferencias que juntas presenciales, que los niños aprenderían más en sus computadoras a distancia que en las escuelas, que importaría y generaría más dinero el sitio web de una tienda que sus sucursales físicas, algo tan descabellado como cuando se lanzó el concepto de una red de redes.

Bienvenido el nuevo nombre de Facebook, un cambio qué tal vez sea más que el relanzamiento de la compañía, sino el inicio de un Metaverso rentable en el cual todos acabaremos accediendo.

Fernando Santillanes

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