A diferencia de la última elección presidencial en 2018, el reciente periodo preelectoral presidencial de 2024 se vivió con mucha certidumbre. Para la mayor parte de los ciudadanos el resultado era previsible. La ventaja de la actual candidata electa era conocida y validada por las propias preferencias de los electores.
Durante los meses previos a la elección presidencial de 2018 no sólo había incertidumbre sobre qué tan radical era el probable ganador, sino también sobre el tipo de gobierno que vendría. A diferencia de ese ambiente, en el mismo periodo en 2024, el público sabía sobre quién era la ganadora más probable y sobre los posibles riesgos.
Después de la administración del presidente López Obrador y sus resultados, muchos ciudadanos dejaron de tener temor al gobierno de la Cuarta Transformación. Con una elección con poca incertidumbre y un resultado que no representaba riesgo, el ciudadano gozaba de un ambiente de certidumbre y confianza.
A juzgar por los datos disponibles, una parte sustancial de esa certidumbre y tranquilidad, más allá de los temas electorales, tuvo que ver con la certidumbre económica. Y esta certidumbre y confianza se reflejó en los resultados de la votación.
Valeria Moy, directora del del Instituto Mexicano para la Competitividad, en una serie de presentaciones antes de la elección ya reportaba un patrón relativamente inusual para el momento. Primero que no había incertidumbre y más bien mucho optimismo entre el consumidor. Segundo, el consumo que se estaba dando no era de bienes o inversión, sino en servicios, léase restaurantes, espectáculos, cultura. Y tercero que era prácticamente igual para todos los segmentos de población.
De acuerdo con la encuesta de salida de Parametría por primera vez en las últimas cuatro elecciones presidenciales la economía es reportada como la variable más importante para decidir el voto. La pregunta siempre ha evaluado tres o cuatro categorías con las que compite. En esta ocasión fue con mucho la variable dominante. En la literatura se conoce como voto de bolsillo, o voto económico (economic voting)
En todas las elecciones la economía importa y siempre compite contra otros determinantes del voto como inseguridad o corrupción en nuestro país. Casi por definición la economía es la variable base con la que se compara los demás temas. Cuando hay alguna otra determinante más importante que la economía se conoce como voto temático.
En Estados Unidos por ejemplo para la próxima elección presidencial de noviembre, además de la economía, los temas serán la inmigración y el aborto. Podrían sumarse temas como las preocupaciones sobre la sobrevivencia del régimen democrático o temas de legalidad sobre el expresidente Trump, pero serán marginales. Al final la economía siempre está.
Parece contra intuitivo pero la inseguridad no terminó siendo el tema más importante. Primero por ser un tema difuso (todas las autoridades son responsables) y segundo porque en encuestas preelectorales encontramos quien se consideraba más capaz para resolver el problema era la candidata electa Claudia Sheinbaum.
La encuesta de salida revela que la mayor parte de los votantes reciben programas sociales. Este porcentaje representa uno mayor que los ciudadanos en general. Tanto los que reciben beneficios a nivel personal, por hogar o familiar.
Esta lectura podría significar que no solo salieron por la continuidad de la Cuarta Transformación en general, si no por la defensa de esos programas también. Es decir, la defensa de políticas públicas concretas. Con esta lectura podríamos estar afirmando que estamos ante un voto racional.
Los programas sociales siempre van a estar en medio de una controversia sobre si son políticas públicas adecuadas para corregir la desigualdad, o son programas populistas, pero al final nadie duda de la eficacia en términos electorales.
Agregado a estos números los logros de gobierno mejor valorados fueron el combate a la pobreza y la generación de empleos. Los electores fueron críticos con la lucha contra el narcotráfico o los temas de inseguridad, pero ello no evitó que valoraran los logros económicos.
Así mismo, la evaluación de la economía tanto de manera prospectiva como retrospectiva ha sido la mejor registrada comparada con cualquier encuesta de salida realizada por Parametría desde 2006.
En resumen, es más que evidente que el tema determinante de esta elección, a diferencia de cualquier otra registrada desde 2006, fue la economía. Al parecer con la expectativa que la inseguridad se resuelva eventualmente. Pero por lo pronto parece ser que lo que el ciudadano tiene en el bolsillo fue suficiente incentivo para salir a defenderlo.
Nota Metodológica: Población objetivo: Personas mayores de 18 años con credencial para votar vigente que votaron en la elección del 2 de junio. Representatividad: Nacional. N° de encuestas: 802 entrevistas cara a cara a la salida de casilla realizadas el 2 de junio del 2024. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 3.5 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametria S.A. de C.V.