Edomex: los retos de un gobiernos dividido

  • Paideia política
  • Gabriel Corona

Toluca /

Las elecciones pasadas han generado cambios inimaginables hasta hace poco tiempo. Por primera vez en la historia de un estado que no ha conocido la alternancia en el poder ejecutivo estatal, desde 1929, contará con un gobierno dividido. La causa es este hecho es que el partido Morena conquistó 31 diputaciones, más 21 de sus aliados, 10 del PT y 11 del PES.

En total, esta coalición electoral que también podría funcionar como legislativa, ocupará 52 escaños, un número que le da mayoría absoluta para tener el control de la Legislatura del estado, aprobar leyes e incluso modificar la constitución local, pues entre todos cuentan con la mayoría calificada para hacerlo.

Sin embargo, esa coalición tendrá que aprender de la historia y no dividirse. Hay que recordar lo hecho por Arturo Montiel en el 2000 y por Enrique Peña en 2006.El primero fracturó a la bancada panista con mucho dinero de por medio, para no perder el control de la Legislatura; el segundo hizo que dos diputados del Verde se pasaran al PRI para no perder la condición de primer minoría frente al PRD.

Aunque éste es un escenario poco probable, no hay que descartarlo del todo. El gobierno del estado México se ha caracterizado desde hace mucho tiempo por hacer realidad la frase de que “en política todo lo se puede comprar resulta barato”. Y eso significa repartir grandes cantidades de dinero, para obtener lealtades y doblegar voluntades.

El otro fenómeno real es el de los gobiernos yuxtapuestos. Esto significa que en un estado gobernado por el PRI habrá una gran cantidad de municipios que serán gobernados por partidos de oposición, especialmente de la coalición encabezada por Morena, que triunfó en 55 municipios, mientras que el primero solo ganó en 23, casi todos rurales.
En este contexto, el panorama para Alfredo del Mazo parece muy complicado. A ello habrá que sumarle como casi un hecho que Delfina Gómez deje la senaduría que ganó, para convertirse en la coordinadora de programas sociales en el estado, el cargo que concentraría el poder y recursos del nuevo gobierno federal.

El escenario de un gobierno dividido y yuxtapuesto se antoja muy complejo en términos de gobernabilidad. El panorama futuro es el de un gobernador acotado en lo interno por la legislatura local y en lo externo por el gobierno federal, a través de la ex candidata a gobernadora. En este contexto, la voluntad política será determinante para resolver los graves problemas de la entidad.

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