PAN: en busca de la identidad perdida

  • Paideia política
  • Gabriel Corona

Ciudad de México /

El próximo 11 de noviembre el PAN elegirá a su nuevo dirigente en el estado de México. Los aspirantes son José Luis Durán Reveles, Jorge Inzunza Armas y Oscar Sánchez Juárez, quien ya tuvo el cargo hace muy poco tiempo, todos ellos con una larga trayectoria en las filas panistas, y con una amplia experiencia legislativa o de gobierno.
Hay que tener en cuenta que esta lucha por la dirigencia estatal se inscribe en un marco de crisis panista, originada por los resultados electorales adversos obtenidos a nivel federal y a nivel local. Especialmente en este último ámbito, el PAN ha venido perdiendo lo que en su momento se denominó el “corredor azul”. Ahora, este se reduce prácticamente al municipio y distritos electorales de Huixquilucan, el único bastión importante que conserva el panismo mexiquense.
La condición que actualmente vive el PAN es producto de la ineficacia de los gobiernos municipales que tuvo. En muchos de los casos lo hicieron ver como algo parecido al PRI, en cuanto a prácticas de corrupción y nepotismo administrativo, lo cual hizo que los votantes se fueran alejando de él, hasta reducirlo a la mínima condición en que se encuentra ahora.
Por eso algunos de los aspirantes han ofrecido regresar al PAN mexiquense a sus orígenes, para reencontrarse con el electorado que en algún momento llegaron a tener. El problema es que algunos de ellos son los mismos que lo hicieron desviarse de sus objetivos iniciales. Son quienes lo acercaron tanto al gobierno del estado de México que lo desdibujaron como un partido de oposición real y lo convirtieron en una oposición leal.
Tiene el reto de regresar a su condición original de partido de oposición real; crítico con quienes ejercen el poder en la entidad, pero con alternativas de solución a los enormes problemas de la entidad: inseguridad, violencia, feminicidios, corrupción, hacinamiento y otros males mexiquenses.
Pero para eso tienen que elegir a un dirigente con independencia para tomar decisiones; que no las consulte con el gobierno del estado, algo que se ha hecho muy frecuente en los últimos años, sino con sus órganos directivos nacionales y municipales. El PAN debe alejarse del modus vivendi que lo ha acercado mucho con los gobernantes, pero lo ha distanciado de sus bases, hasta casi divorciarse.

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