¿Ahora sí estás dispuesto a trabajar en serio por tus proyectos en 2026? Lo primero que necesitas es cuidar y ahorrar tu energía personal. Empieza por alejarte de amistades y relaciones que solo te hacen perder el tiempo y no le aportan nada a tu vida. Las personas inconstantes, esas que dejan todo para después, que nunca culminan nada, que siempre dicen cosas como “yo te llamo”, “nos ponemos de acuerdo”, “nos hablamos”, y finalmente te dejan esperando o usan como excusa que “han estado muy ocupados”, son personas contaminantes y conformistas. La sola convivencia con ellos provoca un desgaste en tu energía. Es esa gente que no es capaz ni siquiera de conservar el mismo número telefónico. Nada permanece estable en sus vidas.
Y no solo se trata del riesgo de crear proyectos con ellos, sino de cuidar con quién pasas tu tiempo. Platicar y compartir tu energía con quienes se la viven sumidos en pretextos y justificaciones, merma también tu motivación y se convierte en una influencia perjudicial para tus pensamientos y emociones.
Incluso puedes darte cuenta que cuando tratas de ayudar a las personas inconstantes en un problema, ellos mismos se encargan de sabotear y arruinar cualquiera de tus esfuerzos para mejorarles la vida. Tienen normalizado el estar mal, el perder oportunidades. el cerrarse puertas. No les interesa ser rescatados… y si tú te empeñas en salvar a quien no quiere ser salvado, lo único que conseguirás es terminar arrastrado hacia el mismo abismo de pérdidas y fracasos.
Está probado que imitamos los hábitos, pensamientos y creencias de las personas de quienes nos rodeamos. Si verdaderamente quieres marcar una diferencia en tu vida y concretar tus proyectos de crecimiento pendientes, es hora de que comiences a rodearte de personas mejores que tú: de quienes tengas algo valioso que aprender. Y no se trata de volverte déspota con la gente inconstante; puedes saludarlos de prisa si los encuentras ocasionalmente, pero deja de malgastar tu tiempo y tu energía en ir al café con ellos, en conversaciones telefónicas o leyendo sus mensajes que siempre hablan de lo mismo: quejas, fantasías y promesas que nunca se vuelven realidad.