Hábitos pequeños y poderosos

  • Semillas de conciencia
  • Gabriel Rubio Badillo

Tamaulipas /

Las grandes transformaciones no ocurren de la noche a la mañana; son el resultado de una larga cadena de pequeños hábitos que se han mantenido por un periodo prolongado, en una combinación de compromiso profundo consigo mismo y con la disciplina.

En las cosas que hacemos de diario y de manera automatizada, está guardada la energía que puede operar cambios significativos y poderosos en nuestra vida.

La clave está en modificar esa secuencia de hábitos a propósito, con un fin específico y con una estrategia. Como primer hábito quiero sugerirte que te plantes frente a un espejo de cuerpo completo, y te preguntes qué quieres mejorar en tu cuerpo y en tu imagen, mediante ejercicio, alimentación, atención médica o estética.

Tú tienes que ser tu inversión más importante; realiza un programa de atención gradual a ti mismo. Ni de broma se te ocurra pensar en dedicarte solo “el dinero que te sobre”. Eso sería un insulto para tu autoestima.

En segundo lugar comienza a planear qué puedes mejorar en tu alimentación: no se trata de que solo comas lechuga a partir de mañana; realiza reducciones pequeñas pero medibles de las cosas menos nutritivas que acostumbras.

Un tercer hábito es salir del sedentarismo poco a poco: ¿puedes comprometerte a realizar por lo menos una caminata diaria de 20 minutos o un trote ligero? ¿O cada tercer día? No necesitas convertirte en una persona vigoréxica.

El cuarto hábito consiste en aprender algo nuevo y productivo por lo menos 2 veces a la semana. Realiza un compromiso con un libro, un curso en línea, un taller… y no te sabotees: al cabo de un año te sorprenderás de todo lo que habrás aprendido y mejorado en tu vida.

Quinto: hacer limpieza al armario; saca de tu casa todas las cosas que llevas más de seis meses sin utilizar y que solo están siendo un estorbo. Vende o regala o tira.

Sexto: clausura relaciones que se han vuelto tóxicas en tu vida. No necesitas salir huyendo; puedes gradualmente ir reduciendo el tiempo y la energía que inviertes en ellas.

Y finalmente: empieza a instalar acciones de orden y limpieza desde que te levantas; conviértete día tras día en una persona más ordenada, sin llegar a ser obsesiva.


Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.