¿Qué tan fácil te ha resultado salirte de situaciones o relaciones tormentosas? Existen habilidades emocionales específicas que permiten a algunas personas salir fácilmente de las experiencias de conflicto.
Otras en cambio, encuentran muy difícil poner un alto a lo que les lastima y tienden a hundirse día tras día en ello.
Ya sea como víctimas o como rescatadores, el sumergirse en esos estilos de vinculación es un problema bastante frecuente analizado en psicoterapia.
La permanencia excesiva en esos roles va debilitando paulatinamente la autoestima y la seguridad personal, y sin ayuda terapéutica, suele ser complejo detectar y reconocer que nos hallamos metidos en un problema grave.
Pagamos costos muy altos en relaciones tormentosas; breves momentos de paz y armonía a cambio de pleitos y discusiones interminables, que suelen llegar incluso a las agresiones físicas.
La tormenta puede estar en las amistades, en la pareja, incluso en la propia familia y en relaciones de trabajo.
Existen empleos cuyo ambiente laboral se vuelve irrespirable por tantos conflictos, y tenemos que preguntarnos si la remuneración recibida está valiendo la pena a cambio de aniquilar nuestra salud mental y emocional en ese trabajo.
Hay relaciones que ya no tienen nada positivo que aportarnos, que ya agotaron el oxígeno y carece de sentido continuar en ellas.
Amistades parasitarias que deben ser concluidas y trabajos en donde ya no cabemos o ya no pertenecemos.
Lo más difícil suele ser cortar lazos con familiares cercanos como padres, hijos y hermanos altamente tóxicos.
Pero en ocasiones es necesario: cuando hemos agotado toda posibilidad de reconstrucción de la armonía por nuestra parte y no obtenemos respuesta ni reciprocidad.
Duele, pero es sano aprender a irse, a alejarnos de la tormenta. Las buenas amistades son de ayuda para abrirnos los ojos a esa clase de conflictos con otras personas, pero es común que los amigos se desesperen o hasta dejen de hablarnos cuando nuestra conducta se torna autodestructiva.
En esos casos la ayuda psicológica neutral se vuelve imprescindible. La vida es muy corta para perdernos del brillo del sol por estar metidos bajo la tormenta.