Gobiernos erosionados por el hartazgo 

Ciudad de México /

Según una encuesta publicada ayer en Reforma y Mural, el partido del presidente pasa por el peor momento político. El diario español El País, detalla en una amplia nota que “Peña Nieto tiene un nivel de aprobación del 23%, similar al del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, muy golpeado por la escasez y la inflación y Juan Manuel Santos en Colombia, castigado por el largo proceso de paz en el que está envuelto el país”(El desgaste de Peña Nieto arrastraría al PRI a la derrota electoral en México/ 14/08/16). El impreso de marras señala que el partido del presidente fue “erosionado por el hartazgo frente a la corrupción y la inseguridad”. Efectivamente, ni se han podido mejorar sustancialmente los indicadores en materia de seguridad, ni el gobierno federal acredita acciones firmes para combatir la corrupción.

La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2015, de INEGI, apunta que los dos principales problemas que los mexicanos observan en su entidad son: 1ro) inseguridad y delincuencia; y 2do) corrupción. El tema clave que explica las elecciones locales del pasado 5 de junio son los malos gobiernos en las entidades federativas. Un gobierno federal con gran capacidad de concertación política (todas las reformas aprobadas), pero que dilapida sus activos entre escándalos de corrupción y de enriquecimiento inexplicable.

Por ejemplo, terminó derrotado el PRI de Javier Duarte en Veracruz, el peor gobernador del país. Según Felipe Calderón, en su gobierno, le detectaron retiros anuales en efectivo a Javier Duarte por 3,600 millones de pesos (tres mil seiscientos millones de pesos). Cayó también el PRI de Roberto Borge en Quintana Roo, quizá el segundo peor gobernador, con una lista de denuncias que van desde el exagerado endeudamiento público, hasta el enriquecimiento ilícito. Igualmente fue derrotado el PRI en Tamaulipas de personajes excesivamente señalados por corrupción como Tomás Yarrington, Eugenio Hernández y Egidio Torre.

El PRI de Chihuahua pagó la mala fama de César Duarte, que está acusado de comprar un banco con dinero público. Perdió el PAN en Sonora, donde se denunció el enriquecimiento inexplicable del gobernador Guillermo Padrés. Sucumbió el PRI en Nuevo León, con un Rodrigo Medina que enfrenta la acusación oficial de un desfalco de más de tres mil millones de pesos. También cayó el PRI en Michoacán de Fausto Vallejo, cuya administración se volvió el símbolo más reciente de la narcopolítica. Se desplomó el PRD en la Ciudad de México, con un duelo entre Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, que disputan las irregularidades multimillonarias por la construcción de la línea 12 del Metro. Corrupción e inseguridad, una fórmula efectiva para destruir el capital político de cualquier gobierno. Nada ajeno a lo que ocurre en Jalisco...

gabtorre@hotmail.com

  • Gabriel Torres Espinoza
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