A pocas semanas de asumir la gubernatura, el gobernador electo Pablo Lemus presentó nuevos miembros de su equipo de trabajo. Destacan figuras clave que liderarán áreas estratégicas para su gobierno, que arranca el próximo 6 de diciembre. No obstante, debe observarse uno de los problemas apremiantes para el próximo sexenio: el delicado estado financiero del Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (IPEJAL).
En esta segunda fase de presentación colaboradores, Lemus anunció a Juan Partida Morales como responsable del Ipejal. Se trata de un nombramiento que evidencia la urgencia de poner orden en una institución cuya viabilidad financiera está gravemente comprometida. Partida ha señalado que su enfoque estará en optimizar los servicios del Instituto, especialmente los médicos y los productos crediticios, además de impulsar “inversiones responsables”. Precisamente allí, está el meollo del quebranto financiero del Fondo de Pensiones.
Para muestra algunos botones. Chalacatepec (‘El Nuevo Cancún’) en el que se invirtieron 89 millones de dólares en la compra a sobreprecio de terrenos para un proyecto turístico, donde el IPEJAL aportó el 48.5% de los fondos, pero hoy solo conserva el 24% de las acciones. Además, solo el 13.7% del predio es explotable. Villas Panamericanas; donde se destinaron 340 millones de pesos a este proyecto inmobiliario inviable, que carecía de permisos de habitabilidad y de impacto ambiental, resultando en pérdidas para el fondo. Bonos de Abengoa, donde en 2014, IPEJAL adquirió 603 millones de pesos en bonos de deuda de una empresa española que estaba en proceso de quiebra. A solo 14 días de su colapso financiero, esta inversión se convirtió prácticamente en una pérdida total, dejando solo 3 pesos con 98 centavos.
Así las cosas, el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco enfrenta a una severa crisis financiera, la cual sitúa en peligro el cumplimiento de sus obligaciones con los trabajadores jubilados y pensionados. Pablo Lemus ha sido claro al respecto, “el esquema de pensiones es una bomba de tiempo”. El gobernador electo ha señalado que el Ipejal no puede seguir manejado como una entidad de ‘especulación inmobiliaria’. Una crítica que deja en relieve los cuestionables manejos de inversiones pasadas que, en lugar de generar liquidez, colocaron al IPEJAL frente a la insolvencia en pocos años.
La preocupación es mayor considerando que, según los cálculos preliminares, el IPEJAL podría quedarse sin recursos suficientes para cubrir las pensiones de los empleados públicos en un futuro no muy lejano. Lemus y Partida deberán actuar con rapidez para implementar un esquema financiero que rescate al Instituto, garantizando no solo la liquidez, sino la confianza de miles de trabajadores que dependen de su pensión para subsistir. El nuevo titular del IPEJAL adelantó que ‘buscará fortalecer la gobernanza institucional para que las decisiones se tomen de manera más transparente y con una clara responsabilidad fiduciaria’.
El colapso del IPEJAL se suma a otros problemas que el gobierno entrante tendrá que enfrentar. La posible venta de activos del Instituto, una medida que algunos sectores ven con buenos ojos, será decidida por el Consejo de Administración. Aunque Lemus fue cuidadoso al subrayar que se respetará la voz de los trabajadores del Estado en este proceso.
Con un panorama económico incierto y una institución sumamente relevante prácticamente en quiebra, el próximo gobernador de Jalisco se enfrenta a una de las tareas más complicadas de su gestión. De la habilidad de su equipo para rescatar al IPEJAL, y con ello un derecho social muy delicado para la gobernabilidad de Jalisco, dependerá no solo la estabilidad financiera de su gobierno, sino la seguridad social de miles de trabajadores que, por años, han confiado en un sistema de pensiones que hoy está al borde del colapso debido a la corrupción y la impunidad con la que se ha dispuesto de miles de millones del dinero aportado por los trabajadores al servicio del Estado. En Jalisco, por la vía de los hechos consumados, se creó un “Fobaproa” local: se privatizó el dinero de las pensiones a través de las inversiones fraudulentas, y se asumió el quebranto como púbico, resultado de las inversiones fallidas e impunes en el Ipejal.