La agudización de las desigualdades que se ha producido durante la pandemia tiene una dimensión global y su impacto en América Latina y México no es una excepción. Pero esta también crisis supone una oportunidad para enfrentar retos globales que requieren de soluciones inmediatas como son el cambio climático y la transformación digital, y estas respuestas sólo pueden venir de un multilateralismo reforzado y una cooperación internacional más ambiciosa. Uno de los puntos principales de la agenda común que la Unión Europea (UE) tiene con México es la cohesión social y la reducción de la desigualdad desde un enfoque multidimensional para mejorar la distribución de las riquezas, ampliar las oportunidades de las personas y reducir las brechas de género.
La región latinoamericana se ha consolidado en el primer puesto a nivel mundial en materia de desigualdad de rentas. Tras la década dorada de principios de siglo, que permitió atenuar de forma notable las graves asimetrías en la concentración de riqueza de la región, la llegada de la crisis financiera, junto con la caída de los precios internacionales de las materias primas, y finalmente el impacto económico producido por el COVID-19, han volatilizado buena parte de las ganancias acumuladas a lo largo de una década. Ahora, a los retos planteados por la recuperación post-COVID, se suman las tensiones geopolíticas derivadas de la agresión militar de Rusia contra Ucrania, lo que está teniendo progresivas repercusiones en los mercados globales de la energía y las materias primas.
Ante este panorama, los desafíos para las políticas fiscales son mayúsculos, más aún aquellas dirigidas a corregir las desigualdades y la protección de los sectores sociales más vulnerables. No obstante, México cuenta con los recursos y las capacidades necesarias para poner en marcha estrategias e instrumentos fiscales que permitan conciliar la recuperación económica con la reducción de desigualdades. Es más, ambas dinámicas pueden resultar beneficiosas mutuamente si se implementan de forma inteligente.
Por esta razón, la UE ha lanzado en México una Iniciativa del Equipo Europa para la cohesión social y la reducción de las desigualdades que trabajará con los tres órdenes de gobierno, iniciando con acciones de cooperación con los gobiernos subnacionales en el ámbito de las finanzas públicas y la movilización de recursos domésticos para fortalecer políticas sociales inclusivas, así como la formalización laboral. En estos tiempos de la pandemia hemos comprendido que, si sumamos los esfuerzos de la UE y de los Estados Miembros, es decir si formamos un “Equipo Europa” y nos coordinamos mejor, el impacto de nuestra cooperación se multiplicará.
En el caso de México, algunos de nuestros programas de cooperación como EUROsociAL+ han abierto algunas líneas de trabajo muy interesantes a nivel subnacional, concretamente con el estado de Guanajuato, que pueden inspirar a otras entidades federativas en la adopción de algunas de estas buenas prácticas fiscales. Para lograr una recuperación sólida, los gobiernos deben gastar más racionalmente, y ello supone introducir mejoras en el modelo hacendario que les permitan aumentar su eficiencia y eficacia con un impacto social del presupuesto público. Pero no sólo es necesario gastar mejor, también gastar más, y esto implica aumentar la recaudación tributaria que en México adolece de dos problemas: la concentración de ingresos y la economía informal.
Algunas de las mejoras introducidas por el estado de Guanajuato como la transversalización del enfoque de gestión por resultados, el establecimiento de un sistema de evaluación por desempeño, la incorporación del enfoque de género al grueso del ciclo presupuestario, la implementación de los principios de transparencia presupuestaria y la institucionalización del área de evaluación presupuestaria le han hecho merecedor de varios reconocimientos a nivel nacional. Así, esta entidad ha alcanzado el primer puesto según el Índice de Implementación del Presupuesto basado en Resultados de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del Gobierno Federal. Asimismo, la introducción del enfoque de género en todo el ciclo presupuestario ha sido reconocido como un caso de éxito internacional en el Panorama Fiscal de la CEPAL. Por otro lado, desde la perspectiva de los ingresos tributarios, el Estado aprobó en 2019 la creación del Servicio de Administración Tributaria con el objetivo de reformar la administración tributaria y aumentar su capacidad recaudatoria, lo que se tradujo en un aumento del 12% de los ingresos propios, un 20% de los impuestos estatales, además de sumar 50,000 nuevos contribuyentes y significativas mejoras en la eficacia y eficiencia tributaria.
La pandemia ha visibilizado y agravado algunos problemas estructurales ya existentes en las finanzas públicas y eso no sólo en América Latina, se trata de una tendencia global. Esto ha tenido efectos en la capacidad de los gobiernos subnacionales para dar respuestas de cercanía a las necesidades de la ciudadanía. La UE, desde su propia diversidad de fórmulas y soluciones implantadas y a través de la cooperación técnica pública, puede contribuir a fortalecer las capacidades de los gobiernos subnacionales, promoviendo el intercambio de experiencias, compartiendo las experiencias de los Estados Miembros, con sus errores y sus lecciones aprendidas.
Decía Jean Monnet que la paz y la prosperidad estarán garantizadas solamente si las personas se unen. Unámonos pues para estar a la altura de los retos que juntos afrontamos.
Gautier Mignot
*Embajador de la Unión Europea en México