El uso electoral de la pobreza

  • La Mirilla
  • Germán Zepeda

Ciudad de México /

El 3 de abril comienzan las campañas electorales en el Estado de México, no obstante la otra campaña, la mediática, está más que vigente en las dos coaliciones que pelearán por la gubernatura mexiquense y es precisamente la pobreza la bandera discursiva que ambas aspirantes están utilizando.

Y no es para menos, en México de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares que lleva a cabo el INEGI, del año 2021, se registró un incremento de 3.8 millones de personas en situación de pobreza y de 2.1 millones de personas en pobreza extrema, con respecto a 2018. Es decir, había en nuestro país en 2020 un total de 55.7 millones de personas en situación de pobreza y 10.8 millones en pobreza extrema. Las cifras son por demás preocupantes.

Situación similar la que vive el Estado de México, escenario de lo que dicen será la madre de todas las batallas electorales.

El mismo censo del INEGI revela que el 8.2 por ciento del total de la población vive en pobreza extrema, un 40.7% en pobreza moderada y el 11.8% son vulnerables por ingresos. Los números dicen que de los casi 17 millones de habitantes, 8 millones 352 mil 500 viven en situación de pobreza, es decir casi la mitad de la población.

Por ello es que ese ha sido y seguiría siendo el centro de atención, disputa y pelea por parte de los partidos políticos. Primero los pobres, dijo el presidente López Obrador y es el ejemplo vivo de que los votos están ahí, si se quieren seguir ganando elecciones.

De ahí que el gobierno Obradorista haya aumentado el pago de las pensiones a los adultos mayores, se mantenga el programa jóvenes construyendo el futuro y se sigan otorgando becas educativas sin comprobación de su destino.

En el gobierno Delmacista se ha buscado hacer lo propio porque saben que esto funciona y a través del programa insignia “el salario rosa” se han entregado más de 600 mil tarjetas a mujeres para que lo gasten en lo que quieran, sin lineamientos, ni fiscalización. La retórica que manejan es que la crisis es complicada y pues qué mejor forma de ayudar que una mujer tenga una dinerito y lo pueda administrar como desee en lo que más necesite.

Por ello es que Delfina Gómez tendrá mucho para enaltecer de los programas sociales de su jefe, pero deberá tener cuidado al criticar al gobierno estatal porque al final de cuentas esos programas son utilizados para los mismos fines, para poder garantizar la simpatía del electorado, para asegurarle un dinero fijo durante varios meses.

Por ello es que Alejandra Del Moral tendrá mayor oportunidad de seguir siendo la bandera social del salario rosa, sin perder de vista que criticar los programas federales puede resultarle contraproducente.

Al final de cuentas los políticos seguirán utilizando el probado discurso de la pobreza para ganar simpatía, confianza y votos; aunque la carencia social siga siendo un problema sin resolver de raíz.

Germán Zepeda
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.