Ahora que Kamala Harris, actual vicepresidenta de los Estados Unidos de América, se convirtió en la única nominada demócrata para ser la que supla a Joe Biden en la candidatura y luego en la presidencia del país de las barras y las estrellas, me recordó un poco a la casi olvidada Xóchitl Gálvez.
Y el recuerdo viene porque en aquel junio de 2023, la en aquel entonces senadora panista salía al ruedo como la última aspirante de la Alianza Va por México, con más bríos que un toro de lidia, cuando menos así parecía.
Kamala Harris hoy se convierte en la esperanza de quienes ven con incertidumbre al atrabancado de Donald Trump, ese al que solemos comparar con el de las mañaneras, ese señor de la oreja herida que sabe aprovecharse del milagro para alcanzar mejores posiciones.
Según encuestas como la del New York Times, Donald Trump y Kamala Harris están prácticamente empatados en las intenciones del voto, con mejoría para la dama en preferencias de los jóvenes y afroamericanos que veían con malos ojos la candidatura de Joe Biden.
En el vecino país no hay mano negra que impulse el voto desde la Casa Blanca, como ocurrió aquí, aunque se niegue, desde el Palacio Nacional, ni tampoco se reparte dinero a cambio del sufragio, ya que allá todo desempleado o enfermo tiene derechos y atención sin fines politiqueros.
En el norte las encuestas son parejas, acá no lo eran, la mayoría de las casas dedicadas las mismas casi dieron con las cifras exactas del cómo quedó la votación en México, salvo una que otra que se alejó en demasía del raro y arrollador triunfo de los candidatos de Morena.
¿Cómo le irá a México con Trump como presidente de EU? ¿Declarará la guerra al narco e invadirá para ello nuestro territorio? ¿Mostrará más signos de racismo? ¿Seguirá con su famoso muro o cambiará el tratado comercial vigente?
¿Es Kamala para México la mejor opción? Ya lo dijo la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, le dio gusto la nominación de una mujer; pero dejó en claro su neutralidad, gane quien gane.
Aquí se trata de Seguridad, Migración y Comercio, temas delicados en donde expertos en la materia deberán ejercer decisiones precisas para convertir a México en el vecino ideal, pero sin cartas ridículas.