Mi testimonio de la automedicación

Tamaulipas /

Caer en la automedicación es sumamente fácil, más aún cuando lo que te estas tomando no cura, pero si alivia, principalmente los dolores de huesos y articulaciones que forman el sistema óseo del cuerpo humano.

Hoy seré el ejemplo viviente de haber caído en la ignorancia o la burda trampa de recomendaciones hechas de buena fe por compañeros de trabajo, amigos y parientes, quienes en algunos casos, coincidían en decirme que el dolor de los lumbares en la espalda baja, en rodillas o cuello se quitaba con productos disque naturistas, vendidos “legalmente” en tiendas autorizadas.

Y craso error, hoy la garrafal tontería me llevó a tener intensos dolores en todas las coyunturas que deberán ser reparadas por la ciencia a un costo muy alto, en sufrimiento, espera y en lo económico.

Pero bien me lo habían dicho hace años los expertos, que me recomendaban no tomar las capsulas falsamente milagrosas, pero más pudo el dolor que el buen consejo, ya que cada vez que sufría el tormento intenso, una capsulita me hacía olvidar que estaba atentando con el pasar del tiempo contra mi salud.

No faltarán quienes me digan, te lo dije, o como pudiste, pues no que muy preparadito; pero lo hecho, hecho esta y, el hubiera no aplica, en el entendido de que nunca cruzó por mi mente que me estuviera algo así como drogando.

Hoy los pesares solo son disminuidos con el sueño, que es la manera más fácil de ocultarme del suplicio, esperando llegue el momento para que los traumatólogos e internistas decidan el día de las intervenciones quirúrgicas, tras aprobar ser un candidato sano en niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos etc.

Tras mis aflicciones me he interesado en averiguar de donde viene todo, siendo a finales de los 90s, cuando los científicos norteamericanos descubrieron un aumento de muertes por sobredosis de analgésicos recetados, como la Oxicodona y la Hidrocodona, con una sobre prescripción de estos medicamentos que quitaban molestias tormentosas, pero que causaban adicción y, en muchos casos, el fin de la vida.

Vivir con molestias dolorosas es muy triste, pero tratar de curarnos, no haciendo caso a la ciencia, acarreará un peor final, de ahí mi testimonio que espero le sirva a alguien.


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