Tal y como lo predijeron los expertos al inicio de la campaña, Kansas City Chiefs y los Buffalo Bills son dos de los mejores equipos de la liga, y este domingo se van enfrentar en lo que pudiera ser un primer episodio de una rivalidad que pudiera continuar en la final de la Conferencia Americana.
No hay mucha sorpresa en la forma en la que han venido jugando estos equipos.
Los Chiefs, indudablemente, no son tan dominantes ni tan espectaculares como hace años, pero saben ganar y lo hacen; son el único equipo invicto de la temporada.
Mientras que los Bills son un grupo emocionante y dinámico, con un gran ataque, pero que ya no sorprenden en temporada regular.
Ambos equipos llegan a este interesante partido en la cima de sus respectivas divisiones: Kansas City dominando el Oeste, y los Bills haciendo lo propio en la división Este.
Los dos están muy lejos de sus rivales divisionales, por lo que, si no sucede nada extraordinario, estarán en la postemporada.
Los Kansas City Chiefs no se acercan al equipo aplastante que eran en otras épocas, cuando anotaban muchos puntos y humillaban a los rivales.
Hoy les cuesta trabajo vencer a sus oponentes, pero lo logran y se han hecho especialistas en repuntar en el cuarto cuarto, algo que los hace mucho más peligoroso para cualquier contrincante.
A diferencia de otros pasadores, Patrick Mahomes ya no tiene nada que demostrar, y eso se nota en el emparrillado; ya no juega para brillar estadísticamente, sino que lo hace por el equipo y sacrifica sus marcas personales para dar oportunidad a que otros también puedan brillar.
Mahomes tomó la titularidad del equipo en 2018, y jamás había tenido una temporada tan raquítica en materia estadística como en 2024; después de 9 partidos, tiene apenas 12 pases de anotación y 9 intercepciones, para un rating de solo 90 puntos.
Sin embargo, en el departamento de partidos jugados y ganados tiene 100 por ciento de efectividad, que es el dato más importante.
Mahomes ya no intenta pases de 40 o 50 yardas frecuentemente; tampoco corre el balón de manera recurrente para llegar al primero y diez, ni extiende las jugadas por gusto.
Se ha vuelto un pasador más conservador y que, sobre todo, juega para el equipo, no para sus estadísticas personales.
Travis Kelce tampoco es lo que era anteriormente: ya no atrapa tantos pases en centro del terreno, e incluso deja caer pases que antes no; sin embargo, sigue siendo un jugador muy importante y un blanco favorito para Mahomes en terceras oportunidades.
La defensiva de los Chiefs es la que los saca a flote. Son una de las mejores unidades de la NFL y el trabajo que ha realizado Steve Spagnuolo como coordinador ofensivo ha sido una maravilla, con merecimientos para que algún equipo lo considere en las vacantes de head coach.
Andy Reid, el entrenador en jefe de los Chiefs, es un maestro; sin duda, será de Salón de la Fama. Este entrenador es una leyenda viviente: prepara de manera magistral cada partido, sin generar controversia, pero con una efectividad fuera de serie.
Conoce y aprovecha las debilidades de sus rivales y siempre genera planes de juego para atacar precisamente sus debilidades.
Los Bills, por su parte, son el mismo equipo de hace cinco años, muy exitoso y muy espectacular, anotan muchos puntos y ganarles en su estadio no es nada sencillo, menos en noviembre o diciembre, cuando son invencibles.
El problema es la postemporada, donde suelen caerse y el pánico escénico les cobra factura.
Estos Bills son una máquina de anotar puntos: en siete de sus 10 partidos han marcado más de 30 puntos, por lo que detenerlos no es cosa sencilla, y menos cuando tienen tantas armas en el ataque.
Josh Allen, su quarterback, nos tiene acostumbrados a superar los 100 puntos de rating, sin mencionar que ha lanzado 17 pases de anotación y solamente 4 intercepciones, además de que ha logrado 27 primeros y dieces por tierra, lo que lo hace un mariscal de campo muy peligroso también corriendo el balón.
La defensiva de los Bills también es muy decente.
Son la novena mejor de la NFL, sobre todo para detener la carrera, donde son una muralla, lo que obliga a los rivales a que deban lanzar el balón de manera frecuente.
Su fortaleza defensiva no está cimentada en un solo jugador, es el trabajo en equipo lo que los mantiene a flote. Basta con mencionar que siete jugadores de la defensiva han logrado, al menos, una intercepción; y cuatro de ellos se han dado el lujo de interceptar al menos en dos ocasiones.
Vale la pena hacer el señalamiento de Damar Hamlin, este safety que falleció en pleno terreno de juego en un partido frente a los Bengals (y que ahí mismo lo pudiera recuperar) y que hoy no solamente sigue jugando, sino que aparte lo hace a un gran nivel.
Lleva dos intercepciones y es el segundo mejor tackleador del equipo con 61 detenciones, lo cual refleja que regresó y lo hizo a plenitud.
Se espera un duelo cerrado, quizá con la ventaja de los Bills cuando termine el tercer cuarto.
La clave será ver como dejan reaccionar a Patrick Mahomes en los últimos minutos, donde suele hacer mucho daño y arma series ofensivas que terminan en anotaciones de 6.
Si ganan los Bills, estarán muy motivados para buscar revancha en la final de la conferencia (si es que llegan ambos equipos).
Pero si ganan los Chiefs, pudieran estar recibiendo la postemporada en casa, donde son prácticamente invencibles jugando en el frío de Kansas City.