En la era de los Super Bowls, los Detroit Lions nunca habían jugado como lo están haciendo actualmente; se han visto ganadores y dominantes, sin embargo, de poco o nada servirá si no son al menos campeones divisionales.
Por eso el duelo de este domingo frente a los Green Bay Packers será fundamental para lograrlo.
Para este duelo en la cima de la División Norte de la Conferencia Nacional, los Lions llegan con marca de seis victorias y una sola derrota; mientras que los Packers lo hacen con seis victorias y dos derrotas, por lo que son segundos del sector, pero muy cerca de los felinos.
Históricamente, Detroit es un equipo que ha batallado mucho. Jamás han estado en un Super Bowl y por muchos años solo han tenido más derrotas que victorias; incluso lo más trascendental de ellos fue la tradición de que juegan los jueves de Acción de Gracias.
Sin embargo, hoy las cosas son diferentes: son un equipo ganador, fuerte y que domina en el emparrillado, y lo hacen con dignidad.
El Entrenador en Jefe Dan Campbell ha hecho un trabajo extraordinario con el equipo: les ha cambiado el rostro radicalmente; los jugadores de los Lions juegan convencidos de que son buenos y pueden ganar; se ven con hambre de brillar, y eso se refleja en su rendimiento ofensivo y defensivo.
Mucho de ese renacer en Detroit se debe al quarterback Jared Thomas Goff, quien llegó sin mucho brillo proveniente de los Rams, quienes consideraban que no los llevaría al siguiente nivel.
Sin embargo, los Lions creyeron en él… y no se equivocaron: tiene marca de 30 ganados y 24 perdidos en 4 temporadas. Vale la pena aclarar que en las últimas tres campañas su marca es de 27-14.
Campbell y sus entrenadores ofensivos crearon un sistema ofensivo basado en las habilidades de Goff, y fue la mejor decisión.
Basan su sistema de juego en correr el balón por dentro de los tackles; además de pases cortos a su ala cerrada y corredores, y buscan a sus receptores en pases verticales de más de 20 yardas, ya con el dominio de la línea de scrimmage.
El ataque aéreo de los Lions es espectacular. Tienen a uno de los mejores y más capaces receptores de la liga en la persona de Amon-Ra St. Brown, quien, acompañado del joven de 23 años Jameson Williams, son velocidad pura.
Además, les secunda el cumplidor ala cerrada Sam LaPorta, quien es muy efectivo en trayectorias en el centro del campo, pero también igual de bueno para bloquear en jugadas de carrera.
Los corredores de Detroit son muy buenos también, y van en camino para tener una temporada de más de mil yardas. David Montgomery y Jahmyr Gibbs promedian 4.5 y 76.4 yardas por acarreo, cifras dignas de Pro Bowl para ambos.
A la línea ofensiva casi no se le menciona, pero es muy buena. Encabezada por el jugador All Bowl, Andrei Sewell y los veteranos Frank Ragnow, Graham Glasgow, Tayler Decker y Kevin Zeitler.
A la defensiva, los Lions son la octava mejor; son una unidad muy bien entrenada, con poco protagonismo de sus jugadores, y su fortaleza se basa en el juego en equipo.
Su mejor hombre para ponerle presión a pasadores contrarios es el joven Aidan Hutchinson, sin embargo, está fuera de circulación por lesión y requieren que jugadores como Marcus Davenport y Jack Campbell tomen la batuta y liderazgo para mantener el paso.
Quizá el área menos fuerte de los Lions es su perímetro, ya que tiene jugadores muy jóvenes, pero que requieren mejorar para llegar fuertes y con posibilidades reales de Super Bowl en febrero.
Por su parte, los Green Bay Packers son un equipo que, sin hacer mucho ruido, están jugando muy bien, ganando partidos y peleando con Detroit y Minnesota por el título de la división.
Su quarterback, Jordan Love, es un joven muy talentoso, pero necesita reducir su número de intercepciones, si es que quieren trascender; tiene 9 para encabezar la NFL, pero también tiene 15 pases de anotación, que es lo que balancea la ecuación.
Tiene una lesión en la ingle y no ha entrenado regularmente durante la semana, pero no cabe duda que se morirá de ganas por jugar y enfrentarse a los Lions.
Josh Jacobs ha visto rejuvenecer su carrera con los Packers.
Se ha vuelto un arma importante para el equipo, incluso es el corredor con más acarreos en la liga; con 145 para 667 yardas, va que vuela para regresar al Pro Bowl.
Como receptor también es muy efectivo y tiene 17, de las cuales 6 han sido para primero y diez.
A la defensiva destaca el safety Xavier McKinney, la mejor adición que tuvo el equipo para esta temporada; lleva 6 intercepciones y es el líder del equipo y de la liga en ese departamento, pero necesita ayuda, sobre todo en la línea frontal para detener la carrera.
Una posición importante —y muchas veces ignorada— es la de kicker, y aquí los Packers sí tienen problemas: su pateador de goles de campo Brayden Narvenson es muy errático; goles de campo de 40 a 50 yardas se le dificultan, y eso trae muchas dificultades para el equipo, toda vez que muchos partidos se ganan por marcadores cerrados.
Se espera un duelo cerrado, un juego muy físico por ser rivales divisionales, y donde está en juego el liderato de la división más competitiva de toda la NFL.
¡No se lo puede perder!