Mala educación

  • Cinediciones
  • Gustavo Guerrero

Toluca /

Esta historia tiene lugar en Long Island. Frank Tassone (Hugh Jackman) trabaja como superintendente escolar y goza de un inmenso prestigio con maestros, padres y estudiantes. Un día, cuando la adolescente Rachel (Geraldine Viswanathan) lo entrevista para el periódico escolar, la alienta a que siempre inserte su propia firma en cualquier tema que haga, por pequeño que sea. Inspirada por la conversación, decide investigar una empresa costosa que está por suceder, el proyecto Skywalk, y termina descubriendo una serie de fraudes en la contabilidad de la escuela. Desde una perspectiva que, la mayoría de las veces, valora el sarcasmo contenido en las actitudes y la postura de su personaje principal, la película es prácticamente una muñeca rusa. No en el sentido de intentar entregar una historia diferente en cada subtrama, sino liberando gradualmente información valiosa de Tassone. Es el superintendente de una reconocida escuela privada de Long Island que esconde secretos con una fuerte amenaza de destruir el estado de todo su entorno.

El director del filme juega con el poder que tiene con esa información, lanzada poco a poco, y la disuelve en una trama muy bien esbozada gracias a los matices de la actuación de Hugh Jackman, quien está aquí en el mejor papel de su carrera desde Logan. El actor regresa al lado más inescrupuloso y se apoya por completo de una manera natural, pero casi rozando lo siniestro.

Es un héroe tranquilo a los ojos de la ficción y también del público. Pero cuando la historia de la alumna centra la atención directamente en el protagonista, sus capas más oscuras se hacen públicas. Ésta es la señal para que pueda explotar a las personas podridas alrededor de Tassone, como la propia Pam y sus desviaciones exorbitantes de dinero.

"Mala educación" muestra que la corrupción ocurre no sólo por la codicia humana, sino también por la necesidad de demostrar a todos algo que él nunca fue. Es una indicación de algo mucho peor relacionado con tu personalidad. Tassone trata con el deseo de dominar a las personas (ver a su esposa que se esconde del público), los entornos e incluso su propia reputación, pero luego pierde el control. Su máscara de hombre perfecto y comprensivo, pero incluso calculando cuando se trata de despedir a su propio amigo, se desvanece con el uso correcto de los recursos narrativos que nunca subestiman la inteligencia del espectador, dejando en claro que su esencia siempre ha sido la misma.

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS