“A México probablemente no le va a gustar esto. Pero teníamos que hacerlo. Están matando a nuestra gente”.
Esto le dijo Trump al funcionario que le extendió la carpeta con la orden ejecutiva que declaraba terroristas a “los cárteles y otras organizaciones”. No decía “cárteles mexicanos de la droga”, pero el comentario de Trump bautizó a los destinatarios.
La firma era coherente con lo que Trump había anunciado en su discurso de toma de posesión de la mañana, donde advirtió, también, que empezaría la deportación de “millones y millones” de ilegales y que sostendría la política de Remain in Mexico, lo cual significa que México debe aceptar a los deportados por el gobierno de Trump y hacerse cargo de ellos.
Curiosamente, la reacción a estas decisiones y a este anuncio de propósitos fue que el peso mexicano se revaluó levemente.
Por la tarde, la cosa tomó otro rumbo. Trump dijo que, aunque no hubiera firmado hoy esa orden ejecutiva, impondría un arancel de 25% a productos venidos de Canadá y México.
Entonces, el peso tomó un camino distinto y se depreció.
Los que especulan con el peso oyeron la nota realmente importante para ellos: no la que afecta las relaciones políticas de México y Estados Unidos a propósito de los cárteles, sino la que puede afectar la economía mexicana a través de imposiciones arancelarias.
Vieron signos positivos, o les dio más o menos lo mismo, en que Trump decidiera castigar a los cárteles. Pero les pareció un riesgo que anticipara el altísimo porcentaje de aranceles que quiere imponer a sus socios comerciales, a partir del 1 de febrero: ¡25%!
No sé si los inversionistas tienen razón en sus prioridades, pero eso es lo que sucedió. La política les importa poco, los aranceles mucho.
Entiendo que Trump está jugando con sus tiempos y que pasaremos al menos una semana enterándonos cabalmente de lo que traen sus órdenes ejecutivas.
Sigo pensando que el impacto global de estos decretos tendrá que ver más con sus decisiones arancelarias o económicas que con sus definiciones políticas, como declarar terroristas a los cárteles mexicanos.