La pausa de un mes acordada por Trump y Sheinbaum para la implantación de las medidas arancelarias es un respiro.
Aplaza el daño y abre mesas de negociación de alto nivel. Trump ha comprometido la participación de su secretario de Estado, Marco Rubio; del Tesoro, Scott Bessent, y de Comercio, Howard Lutnick, además de participar él mismo, personalmente, con la presidenta Sheinbaum.
La parte estadunidense, queda claro, establecerá los temas y el tono de estas reuniones. Igual que con Canadá. No en balde la única acción puntual acordada hasta ahora con ambos vecinos son 10 mil soldados mexicanos y 10 mil canadienses más en las respectivas fronteras con EU.
Las mesas de alto nivel dejarán claro lo que quiere exactamente el gobierno de Trump. Sabemos el qué, pero no el cuánto, el cómo, ni el cuándo de cada cosa: migración, seguridad, comercio.
Habrá sorpresas en todos los frentes.
Ejemplo: si el tema de seguridad se concentra en bajar el daño del fentanilo allá, el asunto será difícil, pero hay cifras de que esos daños van a la baja.
Según Brian Mann, experto en la materia, “las dosis fatales por fentanilo y drogas callejeras han caído más de 21% desde junio de 2023”. Son “menos de 90 mil por año”. Trump llegó a decir que “300 mil”.
Respecto del fentanilo como tal, Trump habla de 75 mil muertes, pero la cifra real anda en 58 mil (Mann, @BrianMannADK).
Si la tendencia es descendente, la mesa de negociación sobre fentanilo verá que algo se está haciendo bien y no hay que empezar de cero.
Pero si la mesa de negociación de seguridad va a concentrarse en las alianzas de políticos y militares mexicanos con el narco, la negociación llegará al corazón de un hecho brutal: la complicidad oficial con criminales en estados clave de la República, la oscura herencia dejada por la política de “abrazos, no balazos”.
Las exigencias de Estados Unidos en ese frente tendrán entonces una profundidad política sin precedente.
Y así con las otras mesas.
Me temo que vamos a vivir mucho tiempo bajo la presión del garrote arancelario de nuestro vecino.
Igual, bienvenido el respiro.