Uno de los grandes asuntos prioritarios del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y que no es novedad para nadie, es el del combate al cambio climático. Esto quedó claro en la Cumbre de Líderes sobre el Clima, que se llevó a cabo hace unos días. Pero la polarización es tal en el país vecino, que hasta en cuestiones que podrían parecer no partidistas, la política maquiavélica entra al terreno de juego.
El diálogo en este asunto del medio ambiente, que ha sido de por sí muy complicado desde hace ya mucho tiempo, tiene que lidiar ahora con los posicionamientos generados por noticias falsas, que desde luego no ayudan en nada. La más nueva es que “Biden quiere prohibir o limitar el consumo de hamburguesas”, lo cual desde luego hizo sonar todas las alarmas republicanas y generó un escándalo en medios de comunicación y redes sociales. Por supuesto es una afirmación absolutamente absurda y falsa.
Resulta que el presidente Biden prometió una disminución considerable de emisiones de gas de efecto invernadero en un 50% para el 2030, y parte de la estrategia hacia dicho objetivo pasa por mejorar las tecnologías agroalimentarias. Eso es verdad. Además existe un estudio que se hace la pregunta de cuánto bajarían dichas emisiones si los norteamericanos comieran un porcentaje menor de carne roja. El estudio no menciona a Biden y el presidente jamás habla del estudio. No hay relación alguna. No hay prohibición, ni la habrá. Pero el Daily Mail, tabloide británico, sacó una nota asegurando que Biden iba contra las hamburguesas, basada en ese estudio, porque sí.
Apunte spiritualis. El problema es que aunque esto se aclare, aunque Biden lo diga, y aunque el Daily Mail publique una disculpa, habrá muchos norteamericanos que se quedarán con la falsa noción de que Biden quiere prohibir las hamburguesas, y con esa bandera navegarán para criticarlo. “Imagínense hasta dónde podemos llegar si Biden se va a meter hasta nuestra cocina”, se lee en tuits y se escucha en conversaciones. _
Héctor Diego Medina Basave
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