Desde que asumió la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha promovido una estrategia de seguridad diferente a la de gobiernos anteriores, basada en programas sociales y empleo en lugar del uso de la fuerza. Esta política ha sido conocida como “abrazos, no balazos”. Sin embargo, la realidad debería obligarlo a cambiar de planes, ya que la inseguridad en varias partes del país sigue en aumento, lejos de disminuir.
Según estadísticas recientes, el estado más peligroso de México es Guerrero. Otros estados peligrosos incluyen Tamaulipas, Michoacán y Sinaloa. En estos estados, la violencia relacionada con el narcotráfico y el crimen organizado es común. Mientras que recientemente, la Oficina de Asuntos Consulares de Estados Unidos recomendó no viajar específicamente a seis estados de la república mexicana: Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas.
Por lo que a pesar de los esfuerzos del gobierno por combatir la violencia con programas sociales y empleo, las cifras de criminalidad siguen siendo alarmantes. Según el Inegi, la tasa de homicidios en México en 2022 fue de 25 por cada 100 mil habitantes, tasa menor a la registrada durante el 2021, pero aún en porcentajes muy elevados con respecto a otras naciones de América y Europa:Argentina (4.62),Brasil (22.38),Bolivia (3.49),Canadá (2.07),Colombia (27.48), España (0.61), Francia (1.14), Italia (0.51), USA (6.81) y Perú (5.71), por poner algunos ejemplos. Es decir, sólo estamos mejor que Colombia en ese rubro.
Es evidente que la política de “abrazos, no balazos” no ha logrado reducir significativamente los niveles de violencia en el país. Es necesario un enfoque más integral que aborde las causas profundas de la violencia y el crimen organizado para lograr una verdadera paz y seguridad para los ciudadanos mexicanos. Y mientras por un lado en un tono triunfalista se presume la reducción de la pobreza, la inseguridad en el país sigue siendo una asignatura pendiente.
Por ejemplo, la situación es especialmente preocupante en estados como Guerrero, donde el número de desaparecidos y ejecuciones sigue aumentando. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), en 2021 se registraron 2,233 homicidios dolosos en Guerrero. Esto representa un aumento del 8.5% con respecto al año anterior.
Además, el número de desaparecidos también sigue aumentando. Según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (Rnpdno), en lo que va del sexenio de AMLO hay 44,055 personas desaparecidas en México. Esto representa un aumento del 27.4% con respecto al sexenio de Enrique Peña Nieto (34,556), faltando todavía un año para la culminación del gobierno de AMLO. Siendo Jalisco la entidad federativa que ocupa en nada honroso primer lugar en desaparecidos, teniendo presente, el más reciente caso de Lagos de Moreno.
Por lo que es evidente que la situación en México es preocupante y que se necesitan medidas más efectivas para combatir la violencia y el crimen organizado. ¿Será posible lograrlo con programas sociales y empleo solamente? El tiempo lo dirá. Por ahora, seguimos viendo balazos, sin abrazos.