Tal como sucedía en su momento con Tom Brady, es hora de comprender que no se debe apostar en contra de Patrick Mahomes, y lo digo puntualizando el nombre del QB de Kansas City, que llevó al equipo a su tercer campeonato en cinco años, y definitivamente él hace la diferencia. Este equipo no podía ganar hasta que Mahomes debutó ahí; a la hora de resolver, es él quien saca la casta y hace las jugadas clave sobreponiéndose a un marcador adverso, y el domingo no fue la excepción en lo que fue un arranque bastante malo para su equipo. Y ese es su sello, hace cuatro años también le dio la vuelta a San Francisco para arrancarle el Trofeo Lombardi de las manos y, el año pasado, hizo lo propio contra filadelfia.
Dos jugadas definen el merecimiento de su tercer premio al Jugador Más Valioso del Súper Juego, ambas en tiempo extra: logró una cuarta y una que, si fallaban terminaría el encuentro, posteriormente corrió 19 yardas y dejó a su equipo en inmejorable posición de campo, en lo que fue una serie muy larga que culminó con el TD de la victoria… con un pase de él.
Me es incomprensible que el coach Shanahan de los 49ers no haya dedicado un linebacker exclusivo para proteger la corrida de Mahomes cuando todos sabíamos que eso sucedería e históricamente siempre ha hecho lo mismo en estas situaciones. Siendo así, no es de extrañar que Shanahan siga perdiendo en juegos grandes, lleva años tocando la puerta y, con éste, suma dos derrotas en el SB para desilusión de la enorme y buena fanaticada del equipo.
El juego dio mucho que comentar, incluyendo el berrinche que le hizo Travis Kelce a su coach, Andy Read, quien tuvo el mérito de saber sobrellevar la situación, al grado que Kelce se volvió un factor importante en el segundo tiempo recibiendo casi 100 yardas, siendo el mejor de los Chiefs en ese rubro. Por supuesto, son de mencionarse las tomas de TV con las celebraciones y algarabía en el palco donde se encontraba su novia, Taylor Swift, quien era un show paralelo al partido.
Me da pena por el joven QB Brock Purdy de los 49ers. Dio un juegazo al igual que su corredor Christian McCaffrey, ya vendrán años de oportunidad para estos jóvenes. En el caso de Purdy, ojalá no le toque vivir el mismo destino que los dos últimos mariscales que perdieron Supertazones con San Francisco: Colin Kaepernick y Jimmy Garoppolo, quienes después de esas derrotas se vinieron abajo en sus carreras.
Una mención de honor va para el receptor de San Francisco, Jauan Jennings, lanzó y recibió pases de anotación, el único en la historia que lo ha logrado sin ser mariscal de campo, el otro que lo ha hecho fue el QB de Filadelfia, Nick Foles, en el SB 52 contra Patriotas. Yo lo daba como el MVP indiscutible en caso de que ganaran los Niners.
El juego destacó por ser ríspido y lleno de errores por los dos lados, de eso, 49ers sacó la peor parte. En la previa decía que la experiencia sería la que triunfaría y la última serie me otorgó la razón. San Francisco, aparte de no saber manejar el marcador varias veces, al final no supo anotar y Kansas sí, todo esto aun cuando las apuestas daban como ganadores a los de la bahía basados en estadísticas y comparativos hombre a hombre. Sin embargo, casi todos los analistas y expertos coincidían en predecir lo que terminó sucediendo.
Otra anécdota del juego, el receptor de KC, Mecole Hardman, quien anotó el touchdown de la victoria, dijo que se bloqueó mentalmente y no le caía el veinte de que había ganado el Super Bolw; me imagino que era la concentración absoluta en la jugada.
Ahora, viene la sequía.
Por mientras, el resultado de la temporada es la consolidación de una nueva dinastía, alimento puro para los haters del éxito, y cuidado: mientras Mahomes y Reid sigan juntos, no apostaré jamás en contra de ellos.
Y de ahí… a lo que sigue.