Señoras y Señores, tod@s sabemos que la condición de "Madurez" que alcanzan las personas poco tiene que ver con su "edad" o su "condición socio-económica"; sino con el estado de "responsabilidad" en el "darse cuenta" y o "hacerse cargo" de sí mismos, de los demás y del mundo que nos rodea. Y esto sólo es posible gracias al atributo de practicar la Inteligencia, la voluntad y la libertad. Que quede claro, que no tod@s nacemos con ellos y mucho menos los ejercitamos. El grado de lo "societal" regional, nacional o global deviene en la multiculturalidad de orígenes y destinos que bio-sico-socialmente confluye en nuestras comunidades; las diferencias (de todo tipo) nos hacen desiguales.
La sociedad es un organismo vivo, y al igual que un animal o planta necesita gozar de salud para subsistir, existir y coexistir en la naturaleza; las personas independientemente de sus "propósitos intencionales" sean éstos banales o complejos necesita primeramente satisfacer sus "propósitos biológicos" y después equilibrarlos con los intencionales. Aquí radica el equilibrio y éxito de las civilizaciones, de los países y por supuesto de las personas para alcanzar "la Felicidad". Y la herramienta que tenemos para medir esto, para unos es la fe (teología), para otros la ética o moral (filosofía) y para otros tantos simplemente la vergüenza.
El "sistema político" es un reflejo de la sociedad como lo es ésta de sus personas, el "Estado" mediante sus partes está obligado a garantizar el "desarrollo sustentable" (económico, ecológico y cultural) de todas o al menos de la mayoría de las personas independientemente de su origen, raza, orientación religiosa, ideológica o sexual; la estructura institucionalizada para instrumentar -y asegurar- el bienestar de la sociedad es el "Estado de derecho constitucional y democrático" mediante la costumbre generalizada del hábito del "cumplimiento espontáneo" de la norma del "deber ser".
Un catalizador de la adecuada salud de la sociedad, y la evidencia de la madurez de sus integrantes lo son el óptimo "modelo de políticas públicas" (sector público) y la aportación generosa de la "responsabilidad social" (sector privado) sobre tres "áreas estratégicas" de la comunidad: a) las cárceles; b) los manicomios y; c) los asilos de ancianos. Son tres entidades que históricamente la sociedad no ha deseado (vergüenza e intolerancia), pero que le han sido necesarias hasta convertirse en indispensables (reinserción); son zonas de "trato especializado" que en la realidad reflejan el sentir social de "repudio, castigo o u olvido". No hay mayor buenaventura en la vida que ser-estar agradecido con ella, honrar a los seres queridos y dejar las cosas mejor de lo que las encontramos. El aportar nuestro "grano de arena" en la transformación y mejora de los sistemas: penitenciario, salud mental y de adultos mayores nos hará sentirnos verdaderamente orgullosos de hacer lo correcto y contribuir a enriquecer el tejido social procurando el auténtico bien.