Con las excepciones de costumbre, pues ya sabemos que hay raza que ni siquiera cree en la existencia del coronavirus, los pobladores de Nuevo León están portándose bien y haciendo caso de las recomendaciones del secretario estatal de Salud, Manuel de la O. ¿Por qué lo digo? Por lo que podríamos llamar indicios de tendencias en el comportamiento de la pandemia.
Me explico. No entrando en polémicas sobre número de pruebas y modelos de manejo de la pandemia, lo que tenemos son algunas series de datos, de las cuales la más visible es la de casos confirmados de covid-19. El primer caso se registró en la entidad el 12 de marzo, hace poco menos de un mes, y el conteo hasta anoche era de 110 casos.
Lo primero que uno hace con una serie de datos es graficarlos: un día, un dato. Y tenemos así la serie de casos desde el 12 de marzo hasta el 10 de abril. Suponiendo que tenemos suficientes datos para hacer inferencias, creamos una gráfica con las fechas en el eje horizontal y los casos en el eje vertical. Simple.
Pero resulta que una gráfica así sirve de poco, a menos que hagamos una operación sencilla: ponemos el eje vertical en una escala logarítmica (no hay que ser ningún genio, el Excel lo hace) y entonces podemos apreciar varias cosas.
La primera es un alivio. Si el crecimiento de casos fuera exponencial, como dice la teoría de las epidemias, deberíamos ver una línea recta con cierta pendiente. Esa pendiente, dicen los que saben, representa el tiempo de duplicación. Pero no vemos una recta, sino una línea curva, convexa, que tiene una pendiente cada vez menor. Esto significa que el tiempo en que se publica el número de casos ha ido haciéndose más grande. ¡Buenas noticias!
Cálculos hechos por el doctor Moisés Santillán, del Cinvestav, dicen que para el país entero la pandemia, desde que empezaron a crecer los casos (el 10 de marzo) ha ido cambiando su tiempo de duplicación: al principio era de 1.46 días y por estas fechas andamos en 5.82 días. Nuevo León (110 contagios), Jalisco (144) y Aguascalientes (53), de los estados que adoptaron medidas de contención a tiempo, tienen un tiempo de duplicación de casi 20 días. ¡Vamos bien!
Pero en este barco vamos todos. La Ciudad de México (1,040 contagios), cuya curva de contagios mantiene una pendiente elevada, aún duplica sus casos cada cinco días, y estos tiempos son alarmantemente cortos para estados como Baja California (258 contagios), Chihuahua (54), Morelos (35) y Tlaxcala (34). Para que esto funcione debemos reducir más las movilidad en donde hay más casos y donde el tiempo de duplicación es menor. En Nuevo León vamos bien, pero las dos semanas siguientes son clave. ¡Quédese en casa y tenga paciencia!