México se encamina a una posible crisis de salud debido al sarampión. Algo curioso si se considera que el 27 de septiembre de 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la región de las Américas “libre de sarampión”.
Allá por los años 20, el genial humorista Enrique Jardiel Poncela consideró divertido imaginarse un cuadro titulado “Campesinos búlgaros huyendo de la vacuna”. Casi un siglo después persiste el miedo a las vacunas, aunque por otras razones. Pero en México las campañas de vacunación lograron el milagro de que la última epidemia de sarampión se diera en 1989-1990, con 89 mil 163 casos.
Pero la estupidez es tanto o más contagiosa que el sarampión, que ya es decir. Al descuido de las autoridades se ha sumado el movimiento antivacunas y el resultado lo tenemos muy claro en un dato de la Organización Panamericana de Salud. En 2016, la cobertura de la vacuna triple viral (contra sarampión, paperas y rubéola) fue del 97 por ciento de la población meta (primera dosis) y del 96 por ciento en la segunda dosis.
Apenas un año después esta cobertura se desplomó a 79 por ciento para la primera dosis y a 62 por ciento para el refuerzo, a pesar de que una reforma al Artículo 144 de la Ley General de Salud especifica que la vacunación contra enfermedades transmisibles “será obligatoria”, según lo defina la Secretaría de Salud. O sea que México está por debajo de la cobertura mínima para garantizar la llamada inmunidad de grupo.
Ahora el subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, reveló que hay desabasto de las vacunas triple viral y doble viral (usada como refuerzo en adultos). No solo no hay vacunas, sino que por asuntos de logística no tendremos acceso a éstas, sino hasta diciembre, suponiendo que todo salga bien. No es un problema nuevo, hay que decirlo: hace poco más de un año, el 11 de julio de 2018, César del Bosque, jefe de la Jurisdicción Sanitaria VI, anunció que México tenía desabasto de la triple viral.
Los casos reportados este año son todavía importados, pero apuntan a una crisis sanitaria a punto de estallar, sin que la gente lo sepa. ¿Qué sí sabe la gente? Que el presidente Andrés Manuel López Obrador está recorriendo hospitales los fines de semana y que en otro acto francamente estúpido, ha cancelado el Seguro Popular. Bonitas fotos y las declaraciones de siempre. Pero lo que quisiéramos son acciones para prevenir esta crisis que podría mandar al carajo décadas de trabajo preventivo.