El cuento “Hacia el futuro”, publicado en 1950 por el escritor estadounidense Ray Bradbury, nos habla de una pareja de científicos prófugos del futuro, año 2155, que se esconden en un pueblo de México en el año 1938.
Estamos ante el género de ciencia ficción: “Que relata sucesos posibles dentro del campo de las ciencias: mutaciones humanas, viajes interestelares, robots, alienígenas, espacios de la mente, etcétera. Las acciones pueden desplegarse en tiempos alternativos y sus personajes tienen formas diversas.”
La obra inicia en un pueblito pintoresco, en un día de fiesta, un torito de armazón embiste a la gente, entre ellos se distrae el matrimonio de William y Susan Travis: “En mi vida me he divertido tanto –jadeó Susan. –Es formidable –dijo William. –Seguirá, ¿verdad? Me refiero a nuestro viaje. Él se dio un golpecito en el bolsillo. –Tengo bastantes cheques de viajero para toda una vida. Olvida lo que te preocupa. Nunca nos hallarán.”
Llegan a la cafetería de su hotel, Susan distingue a un hombre vestido de blanco que los observa fríamente, él tiene en la mesa una cantidad enorme de cigarros, botellas de licor y muchos perfumes. Fuma uno tras otros los puros, los cigarrillos y toma de todo los licores.
Susan le dice a su marido: “¿Crees que pertenece a los buscadores? Él contesta: “No es posible que nos hayan seguido a través de doscientos años.” Sus nombres reales son Roger y Ann Kristen.
Ella es bacterióloga. Él un experto en bombas nucleares. Su mundo está en guerra y han huido en una máquina del tiempo que da viajes turísticos interestelares. Contrataron el servicio a New York y se escabulleron a México.
Los buscan para que ella fabrique armas biológicas y para que Roger termine esa bomba nuclear que dejó inconclusa, importante para ganar la guerra. Por tal razón se han convertido en criminales de su mundo.
La criminología: “Deriva del latín, criminis, crimen y del griego, logos, estudio. Es una ciencia que tiene cuatro objetos de estudio: el crimen, el criminal, la víctima y el control de la criminalidad. Para el caso del crimen esta ciencia no lo ve como delito, sino como conducta antisocial. Se centra en el estudio del fenómeno criminal, pero sobre todo en la previsión y el tratamiento de esas conductas. Se le reconoce a Cesare Lombroso como el padre de esta disciplina.”
El matrimonio sabe que ese hombre que consume todo es su cazador, porque igual que ellos al llegar, comieron mucho de lo que en su mundo no existe: “Allí la guerra es todo. Censuran nuestros cerebros mediante el pánico, nos llevan a la locura y la muerte.”
Quisieron pasar inadvertidos ante el hombre, él se les acerca y les dice: “Señor Kristen, no se subió las perneras del pantalón al sentarse y aquí todos los hacen. Le contesta –Soy William Travis. Señala el hombre –Me llamo Simms. Estoy lejos de mi hogar y necesito compañía. –Señor Simms, lo lamentamos. Mañana salimos a Acapulco, nos retiramos, buenas noches.”
Mientras al pueblo llega una compañía de cine y hacen bullicio en el hotel. Al otro día los actores invitan a su mesa al matrimonio. Se hacen amigos. Simms los ve, se sienta junto a ellos, los encara: “Localizarlos me ha costado un mes, no podemos permitir que huyan.” El director los defiende.
Simms les negocia que si él regresa, su esposa puede quedarse. William acepta y quedan de verse en la plaza. William va por su vehículo, al ver a Simms lo atropella y lo mata. Se sienten libres y felices. Todo terminó.
La compañía de cine les invita a filmar, acceden. Después los invitan a su cuarto a festejar, van. Ahí le dicen que Susan es bella y serán una gran actriz, que le harán unas pruebas: “-¿Qué tipo de películas haría mi esposa?- Pregunta William.
Le dice el director –De un hombre y una mujer que viven, en el año 2155 y huyen al pasado, los sigue un hombre, creen que es malo, pero solo trata de mostrarles su deber.” De la cámara sale una luz azul, se esfuman. Solo quedan muchos licores y habanos.